El pasado 11 de marzo, el conocido escritor cubano Carlos Alberto Montaner, publicó un artículo titulado «Las consecuencias venezolanas de la guerra rusa contra Ucrania» en el cual propone lo siguiente: «USA debe darle un ultimátum a Maduro. O celebra elecciones verdaderamente libres en tres meses, o hay que armar a los venezolanos para que liberen a su país. Al mismo tiempo sería destruida desde el aire la estructura militar del chavismo, sin colocar botas en el suelo, para que no haya bajas norteamericanas. El ejército venezolano, que se siente muy incómodo con Maduro, se pondría a las órdenes de la oposición».

La propuesta de Montaner podría parecer descabellada, pero luego de ver cómo Estados Unidos y Europa han enviado armas a Ucrania, cualquiera podría preguntarse cuál es la diferencia entre enviar armamento al Gobierno de Zelenski para que se defienda de los rusos, y hacérselo llegar a los venezolanos para que derroten a un tirano acusado de narcotráfico y de delitos de lesa humanidad.

Los paradigmas cambiaron y ahora no suena descabellada una salida de fuerza [en Venezuela]. Maduro cometió un grave error asociándose con Putin

La diferencia estriba en que Volodímir Zelenski está de acuerdo con repeler al ejército ruso con el uso de la fuerza, mientras que los partidos que conforman el gobierno interino del venezolano Juan Guaidó insisten en una inexistente salida «pacífica, democrática, constitucional y electoral«, y además negociada con el propio Maduro.

La invasión rusa a Ucrania constituye una verdadera tragedia; pero sin buscarlo quizás ha abierto la puerta para la liberación de Venezuela; primero, porque los paradigmas cambiaron y ahora no suena descabellada una salida de fuerza; y segundo, porque Maduro cometió un grave error asociándose con Putin –a pesar de sus recientes conversaciones con funcionarios norteamericanos de lo que poco se sabe– y permitiendo la presencia de tropas rusas en Venezuela.

Cuál es la diferencia entre enviar armamento al Gobierno de Zelenski para que se defienda de los rusos y hacérselo llegar a los venezolanos para que derroten al tirano

La propuesta de Carlos Alberto Montaner tiene como obstáculo principal para su materialización que los dirigentes de la coalición de partidos venezolanos del llamado G4, ya sea por cobardía o por complicidad –o por ambos motivos–, rechazan una salida distinta a la electoral en Venezuela, aún después de ver el extraordinario ejemplo dado por Zelenski.

Si el gobierno de Guaidó no quiere o no se atreve a explorar una solución real para Venezuela, debe ponerse a un lado y dar cabida a otros dirigentes políticos que, inspirados en el ejemplo de Ucrania, busquen opciones ajustadas a la situación actual para lograr un cambio antes de que Maduro convierta a Venezuela en una plataforma de los rusos para agredir a nuestra región. Sin duda, el artículo de Montaner es para reflexionar.