Los participantes del concurso de Mediaset mostraron sus lagunas culturales en prime time.
Debo reconocer que me gusta ‘Supervivientes’. No tanto por el desfile de celebridades en horas bajas que se dan cita en Honduras, sino por los paisajes de los que el reality show de Mediaset nos permite disfrutar. Uno no puede evitar imaginarse en una isla desierta (mejor solo que mal acompañado) emulando las aventuras del Robinson Crusoe de Daniel Defoe.
El programa de Jorge Javier Vázquez acostumbra a realizar un test cultural a los concursantes en la isla y cada edición los resultados son más preocupantes. Varios de ellos quedaron en evidencia y una de las respuestas más llamativa fue la de Francisco y Sofía, que no tuvieron reparos en situar la torre de Pisa en Florencia y Roma.
Bueno un error lo tiene cualquiera y el concurso jugó aquí con la ambigüedad. ¿Quién no se ha detenido a pensar dos veces de qué color es el caballo blanco de Santiago? Pues eso.
El nivel era tan bajo que tuvo que llegar Raquel Mosquera para poner un poco de cordura. La peluquera zanjó el debate en torno al Jefe de Estado, pues sus compañeros no estaban muy seguros si se trataba de Mariano Rajoy (no lo digan dos veces), Felipe II o Felipe XIII.
No obstante, Sofia Suescun se destacó como la gran protagonista de la noche después de fallar una pregunta que cualquier niño de 8 años podría contestar sin pestañear: «¿Qué escritor era conocido como el «Manco de Lepanto»?» La joven, tras unos segundos de duda y zozobra, se decantó por Federico García Lorca.
Las hazañas del Cid parece que tampoco están entre las prioridades de nuestros concursantes. Cuatro de ellos no fueron capaces de identificar a Tizona y Colada como espadas del valeroso guerrero. Incluso alguno se atrevió a decir que se trataba de los nombres de su mujer e hija. Vale que el castellano antiguo era enrevesado, pero creo eso ya es pasarse.
Claro que viendo la respuesta a la siguiente pregunta para qué extrañarse: ‘Si te digo que no soy tu padre, pero eres hijo mío, ¿quién soy?’ Los supervivientes respondieron «Dios» o «su padrastro» sin percatarse ninguno de ellos que esa frase la estaba pronunciando una madre.
Para cerrar la noche por todo lo alto, María Jesús Ruiz aseguró que el homo sapiens sapiens tenía solo tres dedos y se quedó tan ancha. Desconocemos las cifras, pero seguro que más de un historiador tuvo que ser atendido por parada cardiaca tras semejante barbaridad.
