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Los hombres, aunque a muchos sectores de la sociedad les cueste admitirlo, también pueden ser maltratados por sus parejas, ya sea física o psicológicamente. Y esta es una realidad que afecta a más hombres de los que podemos imaginar.
En los medios de comunicación es muy extraño ver un caso de hombre maltratado y, si aparece, muchas veces sólo por lo escabroso del caso. Las mujeres, afortunadamente, sí cuenta con esa visibilidad mediática, así como con un gran número de servicios para hacer frente a la terrible lacra que es la violencia en el hogar pero, ¿por qué los hombres no pueden acudir a estos servicios? La respuesta es clara: los hombres maltratados por sus parejas siguen siendo un tema tabú.
Si queremos buscar estadísticas sobre las mujeres que son maltratadas por sus parejas, encontraremos muchos estudios, oficiales y oficiosos, que reflejen el horror de la violencia machista. Sin embargo, cuando queremos buscar estos mismos datos, pero haciendo referencia a los hombres maltratados, además de que nos costará mucho más encontrarlos, éstos estarán totalmente desfasados y no procederán de organismos oficiales.
Otros aspectos por los que podemos afirmar que los hombres víctimas de violencia son un tema tabú, los encontramos cuando un hombre quiere denunciar una agresión. Aquello que acuden a una comisaría de policía pueden encontrase, y de hecho ocurre, en una situación incómoda al ver que los agentes no les creen o incluso llegan a burlarse de ellos al pensar que es difícil que su mujer les haya maltratado físicamente.
Una situación de maltrato debería ser tratada igual tanto si el maltratador es un hombre como si es una mujer. Hay que luchar para que la violencia en el hogar desaparezca, y más que hablar de violencia de género, deberíamos hacerlo de violencia SIN género.
Por todo esto es importante que seamos conscientes de que los hombres maltratados realmente existen y que, igual que hemos visto un cambio radical y necesario en la sociedad sobre la violencia hacia la mujer, veamos ese mismo cambio respecto a la violencia que se ejerce a los hombres por parte de sus parejas.
Por Víctor Martínez-Patón, de Patón&Asociados
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