¿Aprender jugando? Por qué la gamificación del estudio puede ser un error
CivilizaciónAprender requiere siempre un esfuerzo deliberado y perseverante, concluye el estudio.
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Las técnicas de motivación del alumno no valen por sí solas para mejorar la Educación Universitaria, tienen que ponerse al servicio del esfuerzo deliberado y perseverante del alumno, según las nuevas conclusiones del Laboratorio de Innovación Educativa Universitaria (LIEU), puesto en marcha hace un año en el seno de la Escuela Politécnica Superior (EPS) de la Universidad CEU San Pablo, que ya ha cumplido 80 años.
El estudio entendido como la manifestación necesaria del “deseo de aprender” no puede ser sustituido por la “motivación del alumno”; de tal manera que estrategias como la gamificación, o el “aprender jugando” deberían ser utilizadas adecuadamente por el alumnado, sin olvidar que aprender requiere siempre un esfuerzo deliberado y perseverante.
El laboratorio de Innovación Educativa Universitaria (LIEU) de la Universidad CEU San Pablo, surgido hace un año en el seno de la Escuela Politécnica Superior (EPS), ha incorporado las reflexiones del Primer Congreso Interfacultativo de Innovación Docente, en el que han participado 339 profesores de todos los ámbitos del conocimiento en los que está presente esta Universidad.
Según el análisis realizado en el seno del Laboratorio, los cambios tecnológicos y sociales a los que se enfrentan países avanzados como España obligan a las universidades pioneras –como la CEU San Pablo- a innovar continuamente. En ese escenario de renovación de la “marca”, se creó un Laboratorio, que se ha dado en llamar “Higher-Education Innovation Lab” (Laboratorio de Innovación Educativa Universitaria), impulsado desde la Escuela Politécnica Superior (EPS).
El Laboratorio de Innovación Educativa Universitaria (LIEU) incorpora experiencias educativas de reconocidos expertos españoles e internacionales; estando en preparación convenios de colaboración con universidades internacionales que hayan acreditado éxitos en la inserción laboral de sus titulados. “Hacemos un flaco favor a nuestros alumnos si tratamos de convencerles de que aprender no requiere –como actividad básica- el estudio. Este esfuerzo será más efectivo si se dominan ciertas técnicas generales y otras propias de la disciplina, pero si los alumnos no se esfuerzan por aprender seguramente su sitio no es la Universidad”, afirma David Santos, director de la Escuela Superior Politécnica (EPS) de la Universidad CEU San Pablo.
Agrega el profesor Santos que “es muy importante señalar que el problema no es “pedagógico”, sino “educativo”. No se trata tanto de “cómo enseñar mejor”, sino de “qué” enseñar y “para qué”, aunque es obligada en los tiempos que vivimos realizar una acción formativa altamente personalizada, empleando las últimas tecnologías disponibles”.
Las aportaciones realizadas este último año al LIEU (Laboratorio de Innovación Educativa Universitaria) llevan a la conclusión de que el alumno actual no sólo ha cambiado “digitalmente”, sino que ha cambiado totalmente su actitud ante el estudio y ante su rol universitario. El debate está abierto y parece que tiene dos líneas antitéticas, explica David Santos: la de quienes abogan por una adaptación de la docencia universitaria al nuevo alumno universitario, y la de quienes prefieren que la innovación educativa se centre en mejorar la efectividad del aprendizaje.
En todo caso, otra de las conclusiones del LIEU (Laboratorio de Innovación Educativa Universitaria) es que el profesorado está convencido de que se tienen que revisar sus metodologías docentes y sus presupuestos (o quizás prejuicios) sobre el alumnado universitario; y se está trabajando en ello.
“Aunque la motivación es una variable a considerar, concluye David Santos –director de la Escuela Superior Politécnica (ESP) de la Universidad CEU San Pablo-, hay que centrar el esfuerzo docente en que el alumno aprenda lo que “realmente” tiene que aprender; y es en ese punto en el que tendremos que ser verdaderamente eficaces e innovadores”.
El Laboratorio de la Escuela Politécnica Superior (EPS) de la Universidad CEU San Pablo ha definido 4 objetivos básicos con los que se pretende responder, en el futuro inmediato, a los retos que plantea un mercado global de profesionales integrales, capaces, y con responsabilidad social:
1. Innovar partiendo de todo aquello que la tradición universitaria ha demostrado como valioso en la formación de personas “completas”. La innovación disruptiva, que niega el valor del pasado, entendemos que no es una aproximación apropiada para el ámbito universitario.
2. Innovar partiendo del hecho de que la globalización afecta a todos, y de que un titulado universitario debe estar capacitado para ejercer profesionalmente en cualquier país del globo. Esto supone poder comunicarse eficazmente en varios idiomas, pero también tener conocimientos de geopolítica, ética, buena gobernanza y responsabilidad social en un contexto de partida internacional.
3. Innovar partiendo de la realidad socioeconómica global, en contacto permanente con las empresas líderes en los diferentes sectores, que actúen como “certificadores” de la validez de los programas formativos ofrecidos desde la Universidad, y que actúen como receptores naturales de los titulados CEU.
4. Innovar partiendo de que el titulado universitario debe ser un agente humanizador de la sociedad en la que se inserta, una sociedad que deberá integrar de manera adecuada las consecuencias, en cada vez más ámbitos, de la transformación digital y del crecimiento de la inteligencia artificial.
La sociedad digital y, sobre todo, la aplicación de la Inteligencia Artificial en todas las esferas de nuestra vida obliga a responder con un blindaje de los valores humanísticos para poner al ser humano como centro, y no como periferia, de la Ciencia y la Tecnología.