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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

Cinco consejos para mantener la piel hidratada en verano

Durante el verano nuestra piel se ve expuesta a una mayor radiación solar y a temperaturas ambientales más elevadas, factores que contribuyen a que la piel se deshidrate con mayor facilidad. En esta época del año resulta imprescindible ofrecer a nuestra piel unos cuidados extra para conseguir mantenerla bien hidratada y evitar de este modo los dañinos efectos de la deshidratación en el aspecto y la textura de nuestra piel. 

La Dra. Mireia Ruiz Castilla, miembro de Saluspot y especialista en cirugía plástica reparadora y estética en Institut Ruiz Castilla, nos da consejos para mantener la piel hidratada este verano

 

¿Cuáles son los principales problemas que puede causar la deshidratación a nuestra piel?

 

1. Pérdida de flexibilidad y firmeza. El primer síntoma de una piel deshidratada es la pérdida de firmeza y flexibilidad. La piel ante la escasez de aporte de agua consume sus reservas de colágeno y elastina, llegando a agotarlas y provocando con ella flacidez, sequedad y pérdida de volumen de la piel. Mantén tu organismo bien hidratado y ayuda a tu piel con una crema que no solamente le aporte hidratación sino que la ayude a no perder su nivel de hidratación natural.

 

2. Sequedad, grietas, descamación Sequedad, grietas, descamación… Son algunos de los síntomas externos más evidentes de una piel deshidratada. A parte de perder volumen al haber consumido las reservas más profundas de elastina y colágeno, a nivel superficial la piel se muestra seca y en ocasiones puede llegar a agrietarse y descamarse. Evita la exposición solar directa y utiliza cremas de protección solar de SPF 50.

 

3. Aparición de arrugas y surcos profundos. La consecuencia inmediata de una piel sin el suficiente nivel de hidratación y que ha perdido volumen es la aparición de arrugas, arrugas que serán más profundas en función del nivel de deshidratación sufrido. Es muy ilustrativo en este caso el símil con una uva pasa, cuanto más seca, más arrugada. Una alimentación sana y variada ayuda a mantener los niveles óptimos de hidratación de nuestro organismo. Incrementa en verano el consumo de frutas y verduras frescas y no olvides las proteínas. Con el aporte adecuado de nutrientes la piel se verá también favorecida.

 

4. Aspecto apagado y envejecido. Con la deshidratación no solamente aparecen arrugas y otros signos de envejecimiento sino que también la piel pierde luminosidad y frescura y se muestra apagada, áspera y con un aspecto nada saludable y envejecido. Un buen descanso repercute directamente en el aspecto de nuestra piel. Intenta dormir al menos 8 horas al día.

 

5. Aparición de problemas dermatológicos por falta de una correcta protección. En los casos de sequedad más extrema y prolongada en el tiempo pueden aparecer problemas dermatológicos de difícil solución causados por esta “falta de salud” de nuestra piel, que la deja sin su protección natural. Hablamos de problemas como la dermatitis atópica o incluso determinados tipos de psoriasis. Los niveles de estrés también afectan a la aparición de este tipo de problemas. Intenta encontrar unos minutos al día para relajarte y desconectar de las preocupaciones.

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