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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

#MaleShaming, la postura cómoda de la justicia española

A la hora de imponer la denuncia, frente al, mas o menos efectivo, protocolo de actuación, el hombre se encuentra la nada.

Por Patón y Asociados.- Imaginemos dos mundos, en ambos existen personas que han sido maltratadas por otra; tanto física como psicológicamente. En uno, esas persona son mujeres. En otro esas personas son hombres maltratados. Suponiendo a ambos exactamente las mismas circunstancias veamos que sucede.

La mujer, reuniendo el muy necesario valor y coraje para salir de esa situación; acude a la justicia. Presenta junto a su abogado, un parte de lesiones y acusa a su pareja de habérselos provocado. Interpone la demanda. Inmediatamente el protocolo de mujeres maltratadas se activa. Se le proporciona toda la ayuda disponible; se contacta con familiares y amigos por si pueden acogerla y, en caso negativo, se contacta con uno de los centros de la red de ayuda de mujeres maltratadas. En el juicio, y con el parte de lesiones y declaraciones de testigos, el maltratador es acusado de violencia de género. Debe abandonar la vivienda familiar, la custodia sobre los hijos queda gravemente mermada e incluso puede acabar en prisión según la gravedad.

¿Y con el hombre? Podemos suponer a la mujer una herramienta, denostada y desprovista en muchos casos de recursos, pero que al menos existe, el 016. Asistencia telefónica para pedir ayuda y encontrar fuerzas para denunciar. Algo que los hombres no tienen. Luego, a la hora de imponer la denuncia, frente al, mas o menos efectivo, protocolo de actuación, el hombre se encuentra la nada. Y en juicio, todo puede acabar en un simple caso de violencia doméstica con pena económica; dado que la violencia de género solo se puede aplicar a mujeres.

¿Es culpa de las mujeres esta situación? No, es culpa de todos. Si creamos una sociedad que avergüenza a las hombres por no ser lo suficientemente “masculinos”, no solo creamos maltratadores; sino que también invisibilizamos a los hombres maltratados. Si el favorecemos el male shaming, toda nuestra sociedad empeora. En Patón y Asociados trabajamos no solo para mejorar nuestro sistema legal, sino también para ofrecer una ayuda legal experta a quien más lo necesita.

*Un artículo de Patón y Asociados, bufete especializado en hombres maltratados. 

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