El jugador de vóley playa español Pablo Herrera, subcampeón olímpico en Atenas 2004, afirmó que se «merecía» acceder, por vez primera, a los cuartos de final de unos Juegos formando pareja con Adrián Gavira, y que se encuentran con «confianza plena» para pugnar por el pase a las semifinales.
Después de derrotar a los polacos Michal Bryl y Bartosz Losiak en dos sets (23-21 y 21-18), Pablo Herrera y Adrián Gavira rompieron el ‘techo’ de cristal de los octavos, una ronda que se le había resistido al castellonense desde Pekín en 2008 y hasta ToKio 2020, las últimas cuatro ediciones con el gaditano como compañero.
Herrera vio cómo pasaba el saque de Gavira por encima de la red justo al medio de la pista, entre Losiak y Bryl, y que el balón se posó en la arena sembrada a la sombra de la Torre Eiffel y empezó a correr sin rumbo alguno.
«No me lo creía, luego he visto a Adri al fondo de la línea y nos hemos abrazado. La verdad es que estoy muy contento. Hemos roto la barrera que teníamos de octavos y ahora, a descansar, a hacer las pesas esta tarde y a disfrutar un poco de la familia también», comentó bajo la grada del Estadio de la Torre Eiffel.
Polonia era un rival duro, entre los cinco mejores parejas del mundo, pero la táctica era cargar el juego sobre Losiak, al que habían derrotado en Tokio. «A lo mejor, eso lo podía tener en la cabeza y nos ha ido bien la estrategia de sacarle más sobre él y estamos muy contentos de seguir a la siguiente fase», indicó el castellonense.
El pase a los cuartos es el resultado de muchos años de trabajo juntos, más de tres lustros, ellos y las familias que les acompañaron este lunes bajo el sofocante calor del agosto parisino. «En este año y medio atrás hemos tenido muchos altibajos fuera del campo, pero el equipo siempre ha seguido igual, peleando y creo que nos merecemos lo que está sucediendo aquí en los Juegos», destacó.
Herrera subrayó el trabajo de su preparador físico, Javier Hernández, quien está «haciendo magia» con la pareja española, y eso se está viendo en la arena de París 2024, donde compiten con dúos mucho más jóvenes que los casi 80 (78) años que acumulan entre ambos. «Nos viene súper bien el parar un día y medio para recuperar y, de momento, no hay ninguna molestia», apuntó.
A juicio de Herrera, quien de niño empezó en la natación y se pasó al vóley playa por ‘culpa’ de un profesor de educación física del instituto, la pareja española «se ha ido soltando» con el paso de la competición en París. «En el inicio, empecé bastante nervioso, con fantasmas por ahí por la cabeza, pero se han ido yendo y ahora creo que el equipo está al 100% de confianza», destacó.