Siguiendo con la enloquecida deriva progresista de criminalizarnos a todos por lo que hacen un puñado de hijos de perra, he comprendido que me está preguntando a mí, Itxu Díaz, qué me está pasando.
Es más, en una guerra de desgaste en la que Rusia controla el grifo de le energía que consumimos, la fuerte recesión que llegará en 2023 puede cambiar la perspectiva europea sobre Ucrania.
Hay que reconocer el valor y la inteligencia de los ucranianos al percatarse de que el conflicto iba a suponer una dimensión planetaria.
El escepticismo natural que tanto daño nos ha hecho, unido a un carácter individualista, nos ha llevado a considerar que nada de lo que hagamos tendrá el menor valor. Craso error
La guerra en sí misma tiene un rechazo pasivo de la población por el impacto que tiene en los bolsillos de millones de rusos.
Ni positivismo jurídico ni partidismo cerril ni individualismo hermético ni fundamentalismo religioso. Todo y la conciencia.
Díaz, como la inmensa mayoría de quienes han militado en PCE, no concibe una nación española única, sino una estructura confederal que, en realidad, sólo beneficia a las oligarquías locales y al gran capital.
Me refierio en particular a la constante traición norteamericana contra el pueblo de Cuba y su existencia como nación consolidada en la opción republicana.