Las pensiones representan un impacto significativo en España, absorbiendo un 13,1% del Producto Interior Bruto (PIB) y cerca de un 30% del gasto público total. Esto genera un desequilibrio notable, ya que el gasto en pensiones supera en 55.919 millones de euros lo que la Seguridad Social recauda para sufragarlo.
Esta diferencia se ve ampliada por las transferencias y préstamos del Estado, sin los cuales el déficit de las pensiones ascendería a un 3,8% del PIB. Esta cifra es especialmente relevante al ser superior al déficit conjunto de todas las administraciones públicas del país en el año anterior.
En concreto, el sistema de Seguridad Social, que cerró el año 2023 con un déficit similar al del año previo, representa un 0,6% del PIB. Sin embargo, este porcentaje aumenta a un 0,8% del PIB si se excluyen las cotizaciones destinadas al Mecanismo de Equidad Intergeneracional de los ingresos corrientes. Este mecanismo, aunque importante para el futuro, no está disponible actualmente para pagar las pensiones actuales ya que se destina a un fondo de reserva que solo estará disponible a partir de 2032.
Ante esto, la OCDE ha alertado que «el gasto se inclina fuertemente hacia las pensiones en detrimento del crecimiento, y el gasto relacionado con el envejecimiento aumentará». Entre líneas señala que el gasto habría de dedicarse a mejorar el crecimiento, así como la productividad.
