El Gobierno presume de que España ha aumentado su ocupación en 603.900 personas en el tercer trimestre del presente año, hasta un total de casi 21,06 millones. Esta sería, según ellos, la cifra más alta de la serie histórica de la encuesta de población activa (EPA). Según el Ministerio de Empleo, del que sigue siendo responsable Yolanda Díaz, el paro habría experimentado en los meses de verano una importante caída, hasta los 2.762.500 parados (la más baja en 15 años).
Sin embargo, estas cifras no se aproximan ni cercanamente a la realidad: el Gobierno hace públicos unos datos en los que simplemente evita mencionar a un millón de parados que ya ni siquiera busca empleo por creer que será imposible encontrarlo, a los llamados «fijos discontinuos» y a los trabajadores que no encuentran un empleo a jornada completa aunque lo quieren.
Sumando a todos estos desempleados que el Gobierno ‘maquilla’, la cifra de paro real sería de casi un 25% superior a la oficial. Además, el centro de estudios Fedea y el BBVA Research han alertado en un informe hecho público en las últimas horas, de la pérdida de impulso en la creación de empleo durante el tercer trimestre, «lastrada por la ralentización de la actividad económica» y han señalado que las horas trabajadas avanzan por debajo del número de ocupados.
Además, la reforma laboral de Díaz tampoco estaría creando empleo real, sino que simplemente se limita a descontar a los fijos discontinuos —que son realmente trabajadores a tiempo parcial, algunos de los cuales no trabajan ni una hora a la semana—, que en realidad son parados. La cifra de paro efectivo, que sí tiene en cuenta a todas estas personas, es en realidad la misma que antes de la nueva reforma: la tasa de paro oficial es del 11,6% —2,9 millones— y la oculta del 7,8% —1,96 millones—; es decir, en total en España el número de desempleados reales supera los 4.800.000.
