La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, comenzará una ronda de contactos con las grandes empresas españolas que ya aplican una semana laboral inferior a 40 horas. Su objetivo es captar el máximo apoyo posible para su medida de reducir la jornada laboral a 37,5 horas semanales en 2025, una iniciativa que ya cuenta con el respaldo de los sindicatos.
La primera reunión será con el consejero delegado de Telefónica, Ángel Vilá. La compañía líder en telecomunicaciones ha iniciado un proceso para reducir progresivamente la jornada laboral de su plantilla hasta 36 horas semanales en 2026. Posteriormente, se reunirá con el presidente de Mapfre, Antonio Huertas, cuya empresa ha reducido en ocho horas el cómputo anual de trabajo.
Además, antes de estas reuniones, la ministra se ha reunido con el presidente ejecutivo de Seat, Wayne Griffiths. Aunque el tema principal de la reunión no era la reducción de la jornada laboral, Yolanda Díaz aprovechó la ocasión para abordarlo, según ha confirmado en su publicación en la red social X.
El Gobierno rectifica y entierra el ultimátum que había dado a CEOE
El Gobierno ha mantenido una posición negativa a las propuesta de la patronal, llegando a acusar a la CEOE de «burlar» de diálogo social y de intentar plantear una «estafa» en la negociación de reducción de jornada. No obstante, el ala socialista del Ejecutivo ha rectificado a Yolanda Díaz, forzándola a alargar el plazo y ofrecer a la patronal período transitorios y excepciones. El cambio, presentado por escrito, afirma la posibilidad de «establecimiento de período transitorio» o «habilitación para adaptar jornadas especiales en 18 meses».
El colaborador cercano de Díaz, Joaquín Pérez Rey, no repitió declaraciones como la de junio pasado: «Si llegamos al próximo lunes sin una propuesta de la patronal, tendremos que tomar una decisión«. Tampoco acusó a CEOE y Cepyme de «burla democrática y del diálogo social».
En cambio, una semana después, Pérez Rey presentó una nueva propuesta dirigida a la patronal y aseguró que «no hay plazos» para la negociación, destacando que lo importante es alcanzar un acuerdo. «Démonos el tiempo que sea necesario», dijo, mientras pedía a la vez «celeridad».
