Tener razón, como la tenemos desde el día ya lejano en el que advertimos que el giro unipersonal del presidente Sánchez en las relaciones con Marruecos —la rendición— tendría un efecto perverso en nuestras privilegiadas relaciones con Argelia, no nos reconforta. Sólo nos reconfortaría si Sánchez fuera el único que pagara las consecuencias de que … Sigue leyendo Un invierno largo y oscuro
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