Ángel Pelayo (Mérida, 1962) ha dedicado parte de su trayectoria profesional al sector agrícola y ganadero, colabora con varias asociaciones sin ánimo de lucro que atienden a personas con discapacidad intelectual y en la legislatura que ahora termina ha sido concejal en su ciudad natal. Encabeza la candidatura de VOX a la Junta de Extremadura con un firme objetivo: echar al socialismo y cambiar una región postergada por 40 años de políticas ineficaces, falta de infraestructuras, impuestos abusivos y clientelismo.
¿Cómo se encuentra después de dos semanas de campaña electoral recorriendo Extremadura?
Dispuesto a sacar al Gobierno del señor Vara de la Junta de Extremadura después de 40 años de ineficacia, de clientelismo. Hemos recorrido la región compartiendo el proyecto de VOX por todos los pueblos, llevando el mensaje de la esperanza por cambiar Extremadura y hacerla una tierra mejor.
¿Qué respuesta ha encontrado en sus paisanos?
Nos piden auxilio. He notado un acercamiento por parte de los extremeños que no percibí en campañas anteriores. Nos animan y nos hacen sus propuestas. Se dan cuenta de que Extremadura lleva una deriva muy perjudicial para su porvenir, hacia el desánimo y el abandono.
Hay una sensación de que hay que revertir la tendencia como sea, de última oportunidad frente a las políticas de destrucción de infraestructuras, como la presa de Valdecaballeros, y de altísima fiscalidad.
Fuera de Extremadura se habla de la falta de un tren de calidad como uno de los principales problemas de la región, tanto que en ocasiones pareciera el único. ¿Qué otras preocupaciones tienen?
El tren es una de las grandes preocupaciones de los extremeños, naturalmente, pero no es la única: estamos carentes de infraestructuras en la región en todos los aspectos. El desdoblamiento de la N-430 no se acaba de acometer, como el de la carretera que une Cáceres y Badajoz, que se prometió para el año 2012 y no se ha construido ni un solo metro de esa autovía. Si tenemos un socavón que dejaron las riadas de diciembre del año pasado, que es vergonzoso que siga ahí. Parece que todo da igual para Extremadura.
¿Entiende a María Guardiola, la candidata del PP a la presidencia de la Junta?
La entiendo muy bien. Es un producto de la indefinición del PP, que dice una cosa en cada sitio. El señor Feijoo promete unas cosas en Aragón y otras en Galicia, unas en Valencia y otras Extremadura, a la que, por cierto, confunde y llama «Andalucía».
¿Comprende entonces su afán por hablar de temas opuestos a lo que uno pensaría que defienden los votantes tradicionales del PP?
Perfectamente. Pretende gobernar en solitario con el apoyo de VOX para seguir en un PSOE de sustitución que mantenga a Extremadura en la situación de postración que tenemos ahora.
Con ese panorama, ¿en qué puede llegar a acuerdos con alguien que, además, insiste en su intención de pactar con el PSOE y Podemos antes que con VOX?
La señora Guardiola lo pone muy difícil. Al principio de la campaña estableció unas líneas rojas con ideas del PSOE y Podemos (aborto, «colectivo LGTB», «violencia machista» e inmigración ilegal) con los que repite que les gustaría negociar. Es decir, quiere sentarse a hablar con los partidos que pactan y gobiernan con una formación que lleva en sus listas a terroristas de ETA antes que con nosotros.
Si la señora Guardiola quiere continuar con las políticas socialistas tiene al señor Vara o a Podemos, con los que tan a gusto se encuentra. Nosotros hemos venido a cambiar Extremadura.
Tras 28 años de gobiernos del PSOE, el PP alcanzó la Presidencia de la Junta de Extremadura en 2011. ¿De qué sirvió aquella legislatura de Monago?
Monago llegó a la Presidencia de la Junta de Extremadura gracias a la abstención de tres diputados de Izquierda Unida y no se cambió nada. La política que el Gobierno del PP llevó a cabo fue perfectamente homologable a la del PSOE. No se acometió ninguna de las reformas en profundidad que todavía son necesarias. Tanto es así, que en cuatro años los extremeños le volvieron a relegar a la oposición, el señor Vara regresó al poder y aquí seguimos exactamente igual que antes.
Monago, de hecho, presumía de ser el candidato «del pueblo» frente al «señorito» —decía— Fernández Vara. ¿En qué se diferencian el PP y el PSOE en Extremadura?
El señor Monago pasó sin pena ni gloria por la Junta de Extremadura. Es cierto que no tuvo la actitud destructiva del PSOE, pero su mandato fue un periodo desaprovechado para Extremadura que no debe volver a repetirse. La señora Guardiola apunta maneras, quiere hacer lo mismo que hizo el señor Monago: nada.
¿Por qué medidas pasa el cambio real en Extremadura?
Es mucho el tiempo perdido y son numerosas las reformas que acometer para acabar con el desánimo que han dejado 40 años ininterrumpidos de socialismo. Es indispensable una reforma fiscal para que el dinero de los extremeños esté al servicio de los extremeños, no de la Junta: somos una de las regiones con más carga fiscal de la OCDE. También necesitamos una reforma decidida de nuestras infraestructuras para que Extremadura tenga los medios necesarios para su desarrollo. Por supuesto, una reforma educativa —una competencia que nunca debió ser autonómica— que acabe con el adoctrinamiento en las aulas.
¿Qué es necesario para ponerlo en marcha?
Es imprescindible una voluntad política de los extremeños que se vea cristalizada en un voto masivo a VOX y en un cambio que saque las políticas socialistas de la Junta de Extremadura. Este 28 de mayo es la hora de que los extremeños hablen y decidan sobre su futuro.
Según todas las encuestas, VOX pasará de no tener representación en la Asamblea de Extremadura a contar con un grupo parlamentario nutrido. ¿Cuáles son sus expectativas?
Nuestras expectativas son muy buenas, y nuestra sensación, como la de muchos extremeños, es la de última oportunidad para la región. Esperamos un apoyo masivo para VOX que, además, se replicará en las próximas elecciones generales.
