«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
catequesis adaptadas a niños autistas

Elisabeth Chuquipiondo, creadora de Proyecto Naim: «Nos basamos en el respeto a la dignidad y espiritualidad de cada persona para que todas puedan recibir los sacramentos»

Elisabeth Chuquipiondo, creadora de Proyecto Naim

Cada 2 de abril, Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo, desde el movimiento asociativo del autismo en España se alza la voz para recordar que las personas autistas no son invisibles y para reclamar una mayor implicación de toda la sociedad. Es fundamental que se deje a un lado los prejuicios y se conozca de verdad de las personas autistas, su talento y sus capacidades, pero también las barreras que experimentan en los múltiples contextos sociales, con el objetivo de promover su participación social en igualdad de condiciones.

Un buen ejemplo es el acercamiento a la Fe Católica por parte de estas personas, la dificultad y el reto que supone para ellos aprender quién es Dios y por qué es importante. El Proyecto Naim de catequesis adaptada individualmente les ayuda a ello, y les prepara para poder recibir todos los Sacramentos. Hablamos con su creadora Martha Elizabeth Chuquipiondo.

El “Proyecto Naim” surge hace varios años en Madrid para dar catequesis a niños con discapacidad. Haciendo un balance de estos años, ¿de qué se siente más orgullosa, como fundadora?

Me siento profundamente orgullosa, al igual que con todas aquellas personas que hemos participado en el Proyecto Naim, de haber podido abrir puertas para que muchas personas con discapacidad intelectual, que antes no tenían acceso, pudieran recibir los sacramentos de la Comunión y la Confirmación. Ha sido un verdadero honor ver cómo la catequesis adaptada no sólo ha transformado sus vidas, sino también las de sus familias. Los padres, al ver a sus hijos participar plenamente en la comunidad parroquial y recibir los sacramentos, muestran una alegría y satisfacción indescriptibles. Haber participado de la alegría de sus familias, al saber que sus hijos pueden crecer en su fe sin barreras, es una de las mayores satisfacciones de mi vida y un testimonio del amor de Dios hacia todos aquellos que hemos participado en esta catequesis.

¿Cuál ha sido su principal objetivo desde el principio?

Desde el inicio, nuestro objetivo ha sido garantizar que cada persona con discapacidad intelectual, independientemente de sus capacidades y edad, pueda desarrollar plenamente su fe y participar en sus parroquias. La catequesis adaptada no sólo proporciona el acceso a los sacramentos, sino que también ofrece una oportunidad para que las personas con discapacidad intelectual desarrollen su espiritualidad y comprensión de los postulados de la Iglesia Católica, de una manera que responda a sus necesidades individuales.

Este camino no ha estado carente de desafíos, pero cada momento de esfuerzo ha valido la pena al ver las sonrisas de los niños, jóvenes y adultos; así como la emoción de las familias mientras sus hijos participan en la Santa Misa, confesión que enriquece sus vidas. Saber que hemos creado un ambiente donde cada niño se siente amado y respetado es un logro que supera cualquier expectativa. Lo único que puedo decir es que agradezco a Dios la oportunidad que ha puesto en nuestras manos y las gracias recibidas inmerecidamente.

El papel del catequista es fundamental, ¿cómo se consiguen personas que quieran dar esta catequesis y que seguramente no sean profesionales de la educación? 

Efectivamente, el papel del catequista juega un papel esencial, especialmente cuando trabaja con personas con discapacidad intelectual. Su rol no se limita al conocimiento del Catecismo y a ser católico practicante, sino que requiere también de una sensibilidad y paciencia especiales.

Aquellas personas interesadas en convertirse en catequistas reciben formación específica que aborda las discapacidades intelectuales con las que se pueden encontrar. Esto implica conocimiento de los distintos tipos de discapacidad, y diversos materiales y métodos necesarios para impartir una catequesis adaptada a las capacidades individuales.

El programa de formación está diseñado para que cualquier persona practicante y formada en el catecismo de la Iglesia Católica, sin necesidad de ser un profesional en educación, psicología o terapeuta, pueda ser un buen catequista. La formación se enfoca en proporcionar una metodología clara y materiales visuales efectivos, como son los pictogramas.

Háblenos un poco más de estos pictogramas.

Se utilizan métodos claros y materiales visuales teniendo como los principales los pictogramas, pero también utilizamos materiales táctiles, sensoriales, etc., dependiendo del catecúmeno, con el objetivo de facilitar la enseñanza y asegurar que los contenidos sean accesibles y comprensibles para todos. La enseñanza está adaptada para satisfacer las necesidades individuales de cada persona.

Lo que ofrecemos al futuro catequista es dar una formación con un enfoque integral que asegure que la catequesis sea inclusiva y efectiva. Con relación a los catequistas, preferimos que cada parroquia los postule y elija, y nosotros nos encargamos de darles formación.

¿Cómo se logra transmitir a un niño con alta discapacidad los conocimientos sobre la Fe? 

Lo primero es comprender plenamente a la persona con discapacidad. Se lleva a cabo una reunión inicial con los padres, tutores y la persona, lo que llamamos “acogida”. Luego procedemos a la fase de “cuestionario y observación”: durante esta fase, se utiliza un cuestionario sencillo y se observa a la persona. Esto ayuda a determinar el método de catequesis más adecuado.

Además, es un método centrado en Jesús: independientemente del método especifico que se utilice con el catecúmeno, el enfoque siempre está centrado en llevar a la persona a Jesús y que conozca la presencia de Jesús: El catecúmeno es llevado ante el sagrario o Jesús sacramentado en la custodia.

También destacamos el acompañamiento espiritual al catecúmeno y a la familia, es otro de los postulados fundamentales de la catequesis: El catequista acompaña al catecúmeno, rezando por él y guiándolo en gestos de fe como la señal de la cruz, así como la genuflexión.

Nuestro enfoque se basa principalmente en el respeto a la dignidad y espiritualidad de cada persona, asegurando que todos puedan participar y recibir los sacramentos de la Iglesia Católica.

¿Cuál ha sido la respuesta de los padres durante estos años? Imaginamos que contentos y con la sensación de haber ganado una gran carrera…

Lo que hemos podido percibir es: Gratitud: Los padres suelen sentirse profundamente agradecidos de que sus hijos sean acogidos y acompañados en la vida de la Iglesia, y sobre todo, el respeto y la dignidad con que se trata a sus hijos, sin importar sus capacidades.

Inclusión: Muchos padres experimentan una gran alegría al saber que sus hijos tienen un espacio donde se les comprende y se les ofrece la oportunidad de conocer a Jesús y participar activamente en la  Iglesia Católica. La posibilidad de que sus hijos participen en los sacramentos y se acerquen a Jesús les brinda esperanza. Es un paso importante hacia su inclusión plena en la vida y comunidad de la Iglesia.

Acogida y apoyo comunitario: Los padres reconocen el apoyo de la comunidad y se sienten respaldados, lo que fortalece y se sienten integrados en la comunidad de la Iglesia. Emoción: Muchos padres se emocionan al ver a sus hijos participar en la Santa Misa, en recibir los sacramentos y ser acompañados por la comunidad en general de la Iglesia.

Sabemos que próximamente va a salir a la venta un libro sobre la Santa Misa en pictogramas, el papel de los sacerdotes es importante también para atraer a estos feligreses con discapacidad a la Iglesia, ¿qué les pediría ahora mismo a todos los que nos lean? 

Sí, a través de la editorial PPC saldrá a la venta el Libro de la Santa Misa en pictogramas que cuenta con la Licencia eclesiástica del Arzobispado de Madrid, que busca ser una herramienta para que las personas con discapacidad intelectual puedan acceder y participar con sus familias a la celebración de la Santa Misa. Lo que les pediría a los sacerdotes y a la Iglesia Católica en general:

a) Facilitar a los sacerdotes y laicos comprometidos acoger y apoyar mejor a las personas con discapacidad intelectual y sus familias.

b) Adaptar ambientes más inclusivos, donde las personas con discapacidad intelectual se sientan bienvenidas y cómodas.

c) Que se les diera a las personas con discapacidades oportunidades reales para participar activamente en la liturgia y en otras celebraciones religiosas, en las medidas de sus posibilidades.

A las personas que nos lean les pediría empatía: Se les pediría que traten de comprender las necesidades y experiencias de las personas con discapacidad intelectual y sus familias, mostrando empatía y respeto.

Se alentaría a las personas a informarse y educarse sobre la discapacidad intelectual, para disolver mitos y prejuicios, y fomentar una sociedad más inclusiva, asimismo, paciencia y una mente abierta al interactuar con personas con discapacidad, reconociendo que cada individuo es único y valioso. En resumen, la petición a los lectores sería que se conviertan en aliados activos en la creación de una sociedad más empática, inclusiva y comprensiva, donde cada persona sea valorada y respetada por quién es.

Actualmente el proyecto está presente en bastantes parroquias de Madrid, ¿dónde pueden dirigirse los padres que quieran dar a sus hijos está catequesis específica?

A pesar de todo lo dicho hay mucho por hacer…Todavía existen parroquias que no saben dar respuesta a las familias que vienen con una persona con discapacidad intelectual. Nosotros formamos catequistas y preparamos materiales para personas con discapacidad intelectual. Podemos dirigir a las familias a las parroquias en las que existen grupos formados de catequesis y/o también podemos implementar nuevas catequesis en las parroquias que deseen hacerlo.

Telf. +00 34 639 52 04 03. Email: [email protected].

WEB: asociacionproyectonaim.org

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