«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

De estreno

Hoy es el primer día de una Andalucía sin socialistas en la Junta desde 1979, que se dice pronto, y esa es la primera en todas mis cabeceras salvo en El País. El papel de Prisa, comprensiblemente, es parco con el asunto, aunque le da la foto, muy parecida a la de todos los otros, de Moreno y Díaz frente a frente: ‘Moreno abre un nuevo ciclo político en Andalucía’. Pero el titular de apertura lo dedica a Gran Bretaña: ‘El revés al Brexit de May da alas a los defensores de otro referéndum’.

¡Ay, esas alas! Todos conocemos sobradamente a estas alturas que el Brexit es la bestia negra de todos los grandes grupos de comunicación internacionales, cuyos dueños en última instancia son los que son. El Brexit va en dirección contraria a la trazada por los dueños del dinero, y eso ya bastaría para oponerse a él con uñas y dientres. Pero hay algo más: la derrota en la consulta de 2016 fue la primera de una serie de desventuras en las urnas que marcaban el principio del fin.

‘Dar alas’ no es exactamente una expresión muy precisa, menos aún para un titular de prensa diaria, pero es significativo de lo que ansían; es a ellos mismos a los que el caos británico da alas. En un segundo referéndum, naturalmente, harían de forma que esta vez no hubiera sorpresas desagradables, poniendo toda la carne en el asador. Pero sería un absoluto desastre.

Sería un absoluto desastre, aun ganando el «sí», porque el primero se hizo con todas las garantías legales, convocado por el Gobierno y con el propio Gobierno y todos los poderes fácticos haciendo propaganda por la opción que acabó siendo la perdedora. Convocar otro transmite alto y claro el mensaje de que lo que votes no vale si no agrada a los que mandan. ¿Quién podría volver a tomarse en serio las urnas?

Por otra parte, la victoria del «sí» sería probablemente tan estrecha como fue la del «no», con lo que Gran Bretaña seguiría acerbamente dividida, con una mitad que sabría que su opinión no puede ganar ni aunque gane. Y todo el pueblo de la Unión Europea sabría que del control de Bruselas no se puede escapar, lo que no es fácil que aumente sus simpatías hacia esos chicos que nos gobiernan desde la capital belga sin que nadie les haya votado.

En El Mundo abren con entrecomillado, que siempre luce: ‘Moreno, a Díaz: «Andalucía no es el PSOE; esto se ha acabado». Sí, vale, pero ahora la pregunta es qué se ha acabado exactamente. Porque si solo se trata de un cambio de caras, no parece que valgan la pena tantas alharacas.

‘Día I del cambio en Andalucía’, titula ABC, como si fuera un cambio de época y desde ahora cambiaran la fecha de modo que en algún tiempo pudiéramos leer: ’13 de mayo del III año del Cambio’.

Y en La Razón se quejan de que los socialistas y sus aliados de morado siguen erre que erre con lo suyo, sin darse cuenta de que ya no funciona: ‘La oposición contra Moreno: 40 alusiones a los «franquistas» de Vox’. Ellos verán, pero les están haciendo famosísimos.

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