El escándalo de la filtración de las preguntas del examen para la categoría de Información y Contenidos en las oposiciones de RTVE ha acaparado decenas de titulares, pero también ha ocultado otro problema de fondo que afecta igualmente a este proceso. El pasado 16 de septiembre, 13 días antes de que se suspendieran las pruebas teóricas, el diario El Debate destapó que el primer proceso de las oposiciones, que ofrecía 204 plazas por méritos, estaba viciado tras la filtración de una lista que revelaba la identidad de los aspirantes y sus puntuaciones, información que debería haber permanecido confidencial bajo un código personal.
De acuerdo con una fuente interna de RTVE, «los 204 trabajadores que aparecen en la lista filtrada no son necesariamente los que la empresa quiere. Se está creando una oposición hecha a medida«. Estas declaraciones aumentan la sospecha de que las plazas se están asignando de manera irregular.
El foco mediático se desplazó posteriormente al incidente de la filtración del examen de Información y Contenidos, que llevó a RTVE a suspender las pruebas, perjudicando a muchos aspirantes que viajaron desde diferentes partes de España y Europa para presentarse al examen. La presidenta interina de RTVE, Concepción Cascajosa, anunció que el examen se repetirá el 2 de noviembre, junto con otras medidas, como la constitución de un nuevo tribunal para evitar más filtraciones. Sin embargo, para muchos esto no es suficiente.
Mientras se centraba la atención en identificar al responsable de la filtración, las irregularidades en el proceso de consolidación de plazas para los empleados de RTVE pasaban desapercibidas. Según las denuncias, la lista inicial ha sufrido cambios, permitiendo que candidatos que no estaban entre los 204 primeros puestos en la lista provisional ahora figuren en posiciones que les aseguran una plaza.
Algunas voces dentro de la Corporación señalan que «mientras todos buscan al culpable de la filtración, RTVE está consolidando plazas de forma irregular, incumpliendo las bases de la convocatoria«. Un trabajador va más allá, acusando a la empresa de «regalar plazas a periodistas afines». Añade que muchas de las personas beneficiadas «fueron enchufadas hace 10, 15 o 20 años».
Las bases de la convocatoria, que se recogen en el anexo 5, especifican que los puntos por méritos de antigüedad no se pueden acumular, debiendo prevalecer la experiencia que mayor puntuación aporte. Sin embargo, algunos empleados han sumado méritos de manera incorrecta, lo que les ha permitido consolidar su plaza en detrimento de otros aspirantes. Esta práctica irregular ya ha provocado que algunos afectados presenten denuncias. Fuentes consultadas por El Debate confirman que «ya hay personas que se han quedado fuera por estos dedazos y han denunciado».
Desde dentro de RTVE se especula que la filtración del examen pudo ser una distracción para desviar la atención pública mientras se consolidaban plazas de manera irregular. Los empleados afectados insisten en que el proceso está viciado y que estas prácticas van en contra de los principios de igualdad y transparencia que deberían regir cualquier concurso público.
