El arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz Montes, ha agradecido a Donald Trump su llegada a la Casa Blanca en la inauguración del I Congreso de Familias y Docentes Católicos de Asturias, un encuentro que busca reforzar la educación confesional y la defensa de los valores tradicionales. Durante su intervención en este foro, celebrado bajo el título La abolición del hombre, el prelado ha ensalzado al presidente estadounidense por «poner en su sitio a la cultura woke» y contribuir a desenmascarar ciertas ideologías contemporáneas, en sus propias palabras.
El religioso ha calificado a Trump como un dirigente con «múltiples perfiles» y ha aprovechado el evento para lanzar críticas a quienes, según él, intentan debilitar la institución familiar y eliminar el papel de la fe cristiana en la formación de los jóvenes. Su discurso, cargado de referencias políticas y culturales, no ha pasado desapercibido en un congreso que, desde su planteamiento, pretendía abordar los desafíos actuales desde una visión cristiana.
Sanz Montes ha cobrado notoriedad por su intensa actividad en la red social X (antes Twitter), donde se posiciona en asuntos de actualidad y no duda en criticar a figuras vinculadas a la izquierda que reniegan de la iglesia. A diferencia de otros miembros del clero más discretos en lo digital, el arzobispo ovetense se ha convertido en una figura muy visible en el debate público en línea.
Uno de sus mensajes más comentados tuvo lugar durante la última Nochevieja, cuando arremetió contra los presentadores de las campanadas de RTVE, el humorista David Broncano y la influencer Lalachus. En su publicación, escribió: «Dio la campanada al filo de la medianoche, no por las uvas, sino por tratar de ofender a los cristianos con su vaca de corazonada. Si lo hiciera con Mahoma, no haría ninguna gracia».
Sus intervenciones en X no se han limitado al mundo del entretenimiento. También reaccionó con dureza a una noticia en la que se recogía que un obispo había negado la comunión a una pareja homosexual, hecho que fue denunciado por un alcalde de Segovia, quien tildó la decisión de «homófoba». El arzobispo respondió con otro mensaje contundente: «Censuran homilías, reescriben la moral cristiana según sus caprichos, y ahora un alcalde y su compañero vienen a darnos lecciones de sacramentos. Talibanes clericalalones que presumen de sabiduría».
