A su hijo de cuatro meses le contarán que su padre fue un héroe y murió como tal.
Familiares, compañeros y representantes institucionales han despedido en la Base Aérea de Albacete al capitán Borja Aybar, que falleció este jueves tras estrellarse el Eurofighter que pilotaba de regreso del desfile del 12 de octubre, día de la Fiesta Nacional, en Madrid.
Aybar, de 34 años, natural de Puertollano (Ciudad Real) y experimentado en el aire -en su haber tenía acumuladas más de 1.200 horas de vuelo- deja una viuda y un niño pequeño de cuatro meses al que le contarán que su padre fue un héroe y murió como tal, pues no llegó a utilizar su asiento eyectable -y salvar así su vida- para evitar que el aparato se estrellara contra una zona residencial con urbanizaciones y frecuentada en día festivo por muchas familias.
Condecorado con la Cruz al Mérito Aeronáutico con Distintivo Amarillo a título póstumo, una distinción concedida por acciones, hechos o servicios que entrañen grave riesgo, lesiones graves o fallecimiento como consecuencia de actos de servicio con una conducta meritoria, Aybar se suma a la larga lista de valientes que pusieron su vida en juego en su servicio a España en las Fuerzas Armadas y murieron para salvar a los demás. Honor y Gloria para él.
La valentía de este héroe, nuestro héroe, contrasta con la podredumbre, la miseria y la falta de humanidad de la turba canalla que se ha dedicado -algunos desde el anonimato- a mofarse de su muerte.
Uno de ellos ha sido un cargo de Esquerra Republicana, ya suspendido de militancia. Domingo Mir, coordinador del grupo municipal republicano y separatista en Hospitalet de Llobregat, pidió tras el accidente controles de alcoholemia en el aire.
VOX ya le ha denunciado ante la Fiscalía General del Estado por lesionar y humillar la dignidad del piloto. Considera la formación presidida por Santiago Abascal que su declaración supone clara y palmariamente una lesión a la dignidad del militar mediante un comentario que humilla, desprecia y desacredita al mismo por el mero hecho de sufrir un accidente mortal en el momento de realizar su labor en defensa de España, y de los principios y valores democráticos y constitucionales.
Ahora será la Justicia la que dictamine si juzgar -y si lo cree oportuno condenar- estas execrables conductas. Mientras tanto, toca elevar una oración al cielo por Aybar y acompañar a su familia y amigos en tan trágicos momentos.
Descanse en paz.
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