Los 28 millones de enfermeras y enfermeros del mundo, vanguardia de la lucha contra el Covid-19, son los protagonistas este martes del Día Mundial de la Salud, en el que un informe desvela que al menos hacen falta seis millones más de estos trabajadores para atender las emergencias sanitarias globales.
El día mundial, que conmemora la creación en esta fecha de 1948 de la Organización Mundial de la Salud (OMS), quiere en 2020 marcar la importancia de esta profesión, aprovechando que este además es el Año Internacional de la Enfermería, aunque ha sido sobre todo la pandemia de Covid-19 la que ha subrayado su vital y heroico trabajo.
«Enfermeras y enfermeros son la columna vertebral de cualquier sistema sanitario y hoy muchos de ellos se encuentran en el frente de la batalla contra el Covid-19», destacó con ocasión de la jornada de homenaje el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus.
Esa agencia de las Naciones Unidas, junto al Consejo Internacional de Enfermeras (ICN), publica hoy su primer informe sobre el estado de esta profesión, en el que se señala que aunque entre 2013 y 2018 el número de enfermeros y enfermeras ha aumentado globalmente en 4,7 millones, aún es insuficiente.
Regiones como África, el sureste asiático, el Mediterráneo Oriental o Latinoamérica son las que sufren mayor escasez de estos profesionales, que en un 90 por ciento de los casos son mujeres y representan más de la mitad de los profesionales sanitarios.
El estudio también muestra un reparto desigual, en el que una mitad de la población mundial (generalmente países desarrollados) acumula un 80 por ciento de los profesionales de enfermería, y países como la India, pese a los problemas de su sistema sanitario, exportan muchos de estos trabajadores a naciones más ricas.
El documento concluye que, para hacer frente al insuficiente número de enfermeras y enfermeros, los países con falta de profesionales deben incrementar su número a un ritmo anual del 8 por cieno, lo que costaría cada año aproximadamente 10 dólares por habitante.
Las recomendaciones del informe se han convertido en una llamada urgente de ayuda en el actual contexto de la pandemia de Covid-19, que ha puesto al límite las redes sanitarias incluso de países desarrollados, que a menudo importan profesionales de enfermería de tradicionales «canteras» como la India o Filipinas.
«Los líderes políticos deben comprometerse a seguir las recomendaciones, que a la luz del Covid-19 ya no son opcionales», subrayó el consejero delegado de ICN, Howard Catton, quien aseguró que ahora la falta de estos trabajadores «puede costar vidas y aumentar las tasas de infección y letalidad» del coronavirus.
La actual pandemia «ha demostrado que estar mejor preparado en el sector sanitario además es vital para la salud de la economía, e incluso para las libertades personales», a la vista del confinamiento que muchos países han tenido que implementar, subrayó el enfermero británico.
El Covid-19 está causando un gran impacto a la profesión, teniendo en cuenta que en los países más afectados por la pandemia un alto porcentaje de los enfermos son estos trabajadores, contagiados cuando atendían a los pacientes.
Aunque no hay cifras globales, en uno de los países más afectados por la pandemia, España, se calcula el 14 por ciento de los casos confirmados son trabajadores sanitarios, muchos de ellos enfermeras, y en Italia el porcentaje es del 9 por ciento.
Tampoco hay cifras exactas de enfermeros y enfermeras fallecidos, aunque de acuerdo con Catton son al menos un centenar, incluidos 23 de ellos en Italia.
Muchos sanitarios se han infectado por la falta de equipamiento de emergencia, como mascarillas o trajes de protección, advierten OMS e ICN, que incluyen en el informe la exigencia de invertir más en este material.
El informe no olvida la brecha de género y subraya que, aunque la mayor parte de los profesionales de la enfermería son mujeres, muchos de los puestos de responsabilidad del sector son ocupados por hombres.
OMS e ICN llaman en la jornada de hoy, a través de su informe, a mejorar las condiciones de trabajo de una profesión que estos meses está sufriendo especialmente y sugieren que cada país establezca un enfermero o enfermera jefe a nivel nacional para coordinar a estos profesionales.
«Sin enfermeros y enfermeras, comadronas y otros trabajadores sanitarios, los países no pueden ganar la batalla contra las epidemias, lograr la cobertura sanitaria universal o los objetivos de desarrollo sostenible», concluyen las dos organizaciones.