El PSOE ha intentado, sin éxito, convencer a Carles Puigdemont de no regresar a España mientras la orden de detención dictada por el Tribunal Supremo siga vigente. Dirigentes del partido han enviado reiterados mensajes al expresidente catalán para disuadirlo de presentarse en el pleno de investidura de Salvador Illa, ya que podría ser detenido y encarcelado de inmediato, al considerar el Alto Tribunal que el delito de malversación no es amnistiable.
Uno de los últimos intentos del PSOE para evitar el regreso de Puigdemont tuvo lugar en una reunión en Suiza, según ha revelado este lunes El Mundo. Este encuentro se llevó a cabo el pasado 19 de julio, y en él participaron altos mandos de los equipos de Puigdemont y Pedro Sánchez, con la presencia de un mediador salvadoreño. En esta reunión, se le pidió directamente al líder de Junts que cancelara sus planes de retorno, y se le explicó que los socialistas no tienen control sobre el Tribunal Supremo y que no pueden responsabilizarse de la interpretación de la ley que excluye la malversación de la amnistía.
A pesar de estas explicaciones, fuentes de Junts expresaron con ironía que era «la primera verdad» que escuchaban de los líderes del PSOE «en mucho tiempo» y reafirmaron su opinión de que el partido no tiene control sobre lo que denominan «el Estado profundo», en referencia al sistema judicial.
La fecha de esta reunión fue significativa, ya que ocurrió diez días antes de que se hiciera público el acuerdo entre PSC y ERC. Mientras Puigdemont rechazaba la última petición del PSOE para que pospusiera su regreso, las negociaciones entre Illa y Rovira avanzaron.
Puigdemont ha insistido en su intención de regresar a pesar de las advertencias; afirma que tiene un compromiso político que cumplirá con todas las consecuencias.
Por el momento, la cúpula de Junts mantiene en secreto los detalles del plan del prófugo para cruzar la frontera, y confía en que podrá burlar los controles policiales y acceder al Parlamento catalán, donde no podría ser arrestado.
Puigdemont prevé que, de producirse, su encarcelamiento no sería prolongado, y espera que este movimiento desestabilice la investidura de Illa y lo posicione como un referente del secesionismo catalán.
