Publicamos a continuación nuestra traducción [de Tempi] del comentario a la ley sobre seguridad nacional que entró en vigor el 1 de julio, en el 23 aniversario del retorno de Hong Kong a China, escrito por Alianza de Hong Kong en apoyo a los movimientos democráticos y patrióticos en China. La organización, actualmente dirigida por Lee Cheuk-yan (que recientemente ha escrito un artículo para Tempi), organiza cada año la vigilia en conmemoración por las víctimas de la masacre de la Plaza Tiananmen. Por primera vez desde 1990, este año la vigilia ha sido prohibida.
Tras tres días de reunión, la Comisión permanente del Congreso Nacional del Pueblo ha ratificado la ley sobre seguridad nacional de Hong Kong, que ha sido oficialmente promulgada y ha entrado en vigor a partir de las 11 de la noche del 30 de junio de 2020. La definición de los crímenes en la ley es ambigua y tienen contornos amplísimos; además, otorga a las agencias gubernamentales pertinentes un poder supremo.
Violación total del Estado de derecho
El Partido Comunista chino afirma que «afectará sólo a un número muy reducido de personas». Es una falacia. La ley sobre seguridad nacional es como una espada de Damocles sobre la cabeza del pueblo de Hong Kong. Amenaza directamente la libertad de millones de habitantes de Hong Kong con el fin de gobernar a través del terror. En particular, las siguientes disposiciones de la ley violan totalmente el Estado de derecho en Hong Kong y los derechos humanos de su pueblo.
Artículo 13: La comisión para la salvaguardia de la seguridad nacional en la Región administrativa especial de Hong Kong no está sujeta al control de la justicia y, en consecuencia, está fundamentalmente más allá de la ley.
Toda oposición al Partido se convierte en un crimen
Capítulo III: La definición de «secesión» enfatiza que el comportamiento criminal no está limitado a la utilización de la fuerza, atacando muy claramente también toda expresión pacífica del pensamiento. Su ámbito es amplio. Combinando «el derrocamiento y el daño al sistema fundamental de China» con la expresión «la dirección del Partido comunista chino es la característica fundamental del socialismo con características chinas», se criminaliza toda oposición a la dictadura del partido único.
La definición de «actividades terroristas» incluye prácticamente todo tipo de crimen. Incluye también «otras actividades peligrosas que ponen seriamente en peligro la salud pública, la seguridad o la incolumidad», lo que parece incluir acciones de no colaboración y de resistencia, previendo para las mismas penas que incluyen la cadena perpetua.
Aislar al pueblo de Hong Kong
El crimen de «colusión con un país extranjero» es ridículo, puesto que parece criminalizar los intercambios con las organizaciones internacionales y extranjeras. Su propósito es aislar al pueblo de Hong Kong de la comunidad internacional.
El artículo 35 establece que una persona que es condenada por un tribunal a causa de un crimen que pone en peligro la seguridad nacional no podrá presentarse como candidato a las elecciones, a ningún nivel, ni podrá obtener una plaza de funcionario. Esto conlleva, fundamentalmente, la introducción en Hong Kong de la «privación de derechos políticos», impuesta con demasiada frecuencia a los condenados en China.
Procesos secretos y prisión preventiva
Los artículos 37 y 38 subrayan que tanto los residentes en Hong Kong como los no residentes pueden ser acusados si cometen los crímenes establecidos por la ley sobre seguridad nacional en el extranjero, creando así un elemento disuasorio para que los socios locales e internacionales que apoyan a Hong Kong no viajen a esta ciudad.
El artículo 41 autoriza los procesos secretos. El artículo 42 autoriza la prisión preventiva durante el proceso. El artículo 43 autoriza la vigilancia secreta y la privación del derecho a no responder por parte de quien es interrogado, lo que destruye totalmente la protección de los derechos individuales previstos en el código penal de Hong Kong.
El modelo «Un país, dos sistemas» ha muerto
Artículo 44: Los jueces son designados por el jefe del ejecutivo, lo que permite la interferencia de la política en el Estado de derecho.
El artículo 54 concede al departamento para la salvaguardia de la seguridad nacional la autoridad de gestionar las organizaciones no gubernamentales extranjeras y la prensa, interfiriendo directamente con la libertad de expresión y asociación.
Los artículos que van del 55 al 57 conceden a la seguridad pública, la justicia y la fiscalía chinas la jurisdicción sobre algunos casos, incluyendo la aplicación directa del código penal chino, que puede incluir la llamada «vigilancia residencial en una ubicación designada» (es decir, la detención secreta), que permite que una persona desaparezca sin que pueda comunicarse con sus familiares o su abogado. Esto destruye totalmente el modelo «Un país, dos sistemas».
La ley sobre los derechos humanos es papel mojado
El artículo 62 afirma: «Esta ley prevalecerá sobre las leyes locales de Hong Kong cuando ambas entren en conflicto». Esto implica que la actuación de la ley sobre seguridad nacional no está sometida, en última instancia, a las leyes de Hong Kong, incluida la ley sobre derechos humanos.
Mirando hacia atrás a la historia de la supresión de la sociedad civil por parte del Partido Comunista chino, de lo que más ha abusado este en su persecución a los disidentes y en la presunción de culpabilidad es de «incitación a la subversión contra el gobierno» y de «separatismo», mientras que el vínculo con organizaciones extranjeras es un elemento clásico de sospecha.
Activistas, abogados y religiosos condenados en China
El premio Nobel de la Paz Liu Xiaobo invocó la reforma constitucional de China para conseguir una democracia multipartidista, y fue el primer firmante de la Carta 08. Fue condenado a once años de prisión por «incitar a la subversión contra el gobierno» y murió en custodia.
El abogado Wang Quanzhang salió en defensa de los grupos más indefensos y por ello ha sido condenado a cuatro años de cárcel por «subversión contra el gobierno». El pastor Wang Yi organizó una iglesia doméstica y ha sido condenado a nueve años de prisión por «incitar a la subversión contra el gobierno». El disidente Chen Xi organizó un evento conmemorativo en la Plaza Tienanmen llamado «Seminario sobre los derechos humanos en Guizhou» y ha sido condenado a diez años de cárcel por «incitar a la subversión contra el gobierno».
El profesor universitario Ilham Tohti abordó el tema de los problemas sociales de los uigures, incluida la discriminación, intentando promover el diálogo entre las etnias uigur y han, y ha sido arrestado por «separatismo» y condenado a cadena perpetua. La página web de Liu Feiyue apoyaba a los prisioneros de conciencia en China. Y puesto que invocó la «puesta en libertad de criminales que son un peligro para la seguridad nacional» ha sido acusado de «incitar a la subversión» y condenado a cinco años de cárcel. Sus propiedades, que suman un millón de dólares, han sido confiscadas.
Zhang Haitao lanzó un llamamiento a la comunidad internacional para atraer su atención sobre la situación en Xinjiang, proporcionando a los medios de comunicación extranjeros información sobre la resistencia local. Ha sido condenado a 19 años de cárcel por haber proporcionado «información sensible al extranjero» y por haber «incitado a la subversión contra el país». Xie Wenfei, en Guangzhou, ha sido declarado culpable de «incitar a la subversión contra el gobierno». Una de las pruebas es que mostró un cartel con el texto: «Suprimamos la dictadura del partido único» en la calle.
Donaciones para un museo online sobre Tienanmen
Las leyes sobre seguridad nacional en China tienen una larga historia de utilización para perseguir a los disidentes. Según el Partido Comunista chino, las «actividades que ponen en peligro la seguridad nacional» incluyen cualquier tipo de oposición. Instigación, colusión y otros términos son aplicados a la libre expresión y organización, y su única intención es la destrucción de la sociedad civil de Hong Kong.
Ante la ley sobre seguridad nacional, la posición de la Alianza de Hong Kong no cambia y seguimos adhiriéndonos a los cinco objetivos operativos, incluidos el final de la dictadura del partido único, preservar la memoria de Plaza Tienanmen y apoyar el movimiento democrático en China. En cualquier caso, debido a que los riesgos son cada vez más serios, tenemos que pensar en estrategias para preparar una batalla a largo plazo. Una de nuestras respuestas es esta: «Memoria del 4 de junio: museo de los derechos humanos«. Aunque un día el museo del 4 de junio podría ser cerrado a la fuerza, debemos preservar la historia del movimento democrático de 1989 de otras maneras. El museo lanza ahora una campaña de crowdfunding con el objetivo de recaudar 1,5 millones de dólares de Hong Kong (175.000 euros, ndr). El año que viene todos los documentos serán digitalizados y presentaremos la verdad histórica a todo el mundo, de tal modo que el Partido Comunista chino no pueda alterar la historia y borrar la memoria.
Publicado por Alianza de Hong Kong en tempi.it
Traducido por Verbum Caro para La Gaceta.