El sector de la aviación se enfrenta a un desafío económico sin precedentes por las nuevas políticas climáticas impulsadas desde Bruselas. La Asociación de Líneas Aéreas (ALA) ha advertido que estas medidas, derivadas del programa ReFuelEU Aviation, incrementarán considerablemente los costes operativos de las aerolíneas, lo que podría repercutir en los precios para los pasajeros. A partir de 2025, las aerolíneas estarán obligadas a utilizar un mínimo del 2% de SAF (combustible sostenible de aviación), un requisito que supondrá un sobrecoste de 234,2 millones de euros para las compañías en España este año, según cifras de ALA.
Este incremento forma parte de un mandato progresivo que establece cuotas más altas en el futuro, alcanzando un 70% de SAF en 2050. Además, se prevé la incorporación de SAF sintético (eSAF), producido a partir de energías renovables, lo que aumentará aún más los gastos.
La ALA estima que la factura total por el uso de SAF en España durante 2025 ascenderá a más de 332 millones de euros, una cifra que crecerá exponencialmente en los próximos años. Para 2030, con una cuota del 6% de SAF y un 1,2% de SAF sintético, las aerolíneas enfrentarán un sobrecoste de unos 9.500 millones de euros. Este gasto se verá agravado por la eliminación de los derechos gratuitos de emisión de CO₂ en 2026, lo que encarecerá los costes relacionados con el comercio de emisiones ETS debido a una oferta cada vez más restringida.
Javier Gándara, presidente de ALA, ha señalado que el SAF, aunque esencial para reducir las emisiones del transporte aéreo, es entre 3 y 6 veces más caro que el queroseno tradicional, lo que dificulta su adopción masiva en el corto plazo. Por ello, la Asociación reclama la implementación de incentivos que fomenten la producción de este combustible, permitiendo reducir su precio y garantizar su viabilidad económica.
En este contexto, los consumidores podrían ser los más perjudicados, ya que las aerolíneas se verán obligadas a trasladar parte de estos costes a los precios de los billetes. Esto podría limitar el acceso al transporte aéreo, especialmente en un momento en que el sector busca recuperarse de las pérdidas derivadas de la pandemia.
El impacto de estas políticas, según la ALA, refleja un enfoque ideológico que prioriza objetivos climáticos sin considerar plenamente las consecuencias económicas para las empresas y los ciudadanos. Las aerolíneas reiteran su compromiso con la sostenibilidad, pero subrayan la necesidad de medidas que equilibren la transición ecológica con la viabilidad económica del sector.