«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

Los enigmas del «procés»

Los interrogatorios practicados hasta la fecha no han despejado las incógnitas en torno a alguno de los aspectos nucleares de las acusaciones, sino que al contrario, han alimentado aun más las dudas. Enfocats, la Moleskine, el dinero que costó el referéndum o las urnas. Son los enigmas del «procés».

¿QUIEN PAGÓ EL REFERÉNDUM?

Con dinero público no, repitieron los acusados hasta la saciedad. Ni las facturas que mostró la Fiscalía desvirtuaron un ápice el rictus de los exconsellers, que salieron al paso asegurando que son proforma que no se llegaron a formalizar, aunque ni Junqueras ni Romeva -cuyos departamentos son clave en la malversación- se sometieron a los pantallazos de la Fiscalía.

Pero entonces surge la pregunta. ¿quien pagó el 1-O?. Llama la atención que en tan solo dos interrogatorios se planteara esta cuestión. Carles Mundó tiró de lógica: «No se financió con dinero público y, como no hay una tercera alternativa, se sufragó con dinero privado, pero no sé de quién».

Y Santi Vila apuntó a mecenas catalanistas y empresarios comprometidos con la causa, pero solo «especulativamente».

La prueba testifical despejará la gran incógnita y dará respuesta a casos como el de Turull, a quien le tocó el momento más delicado hasta la fecha cuando le mostraron una factura de la Corporación Catalana de Medios Audiovisuales para la publicidad del 1-O.

Salió diciendo que los anuncios son gratuitos en virtud de un acuerdo marco con esta institución, pero su directora Nuria Llorach sostiene todo lo contrario y quiere cobrar.

LAS URNAS

¿De dónde salieron? ¿Quién las encargó? Nadie lo sabe. O por lo menos nadie ha dicho saberlo ante el tribunal.

Aparecieron en una rueda de prensa dos días antes del referéndum y ahí fue la primera vez que las vio Jordi Turull, uno de los encargados de presentarlas públicamente, junto a Oriol Junqueras y Raül Romeva.

Si Turull las vio el 29 de septiembre, Rull no pudo hacerlo hasta el 1 de octubre, ya en pleno referéndum, aunque siempre tuvo la convicción de que aparecerían ya que «la fuerza de la esperanza es extraordinaria».

Y si ningún miembro del Govern de Puigdemont sabía nada de las urnas, poco conocía el expresidente de la ANC Jordi Sànchez, que tampoco se encargó de guardarlas. No así sobre las papeletas, que reconoció que la ANC las repartió y animó a los ciudadanos a que las imprimieran.

Desde el anonimato, un empresario catalán explicó en su día a varios medios que fue él quien lideró la red secreta de voluntarios que, por 100.000 euros, compró a una empresa china las urnas, que llegaron por barco al puerto de Marsella para ser distribuidas por Cataluña. Voxintentó, sin éxito, que el juez lo investigara.

ENFOCATS

El fantasma del «procés». Un power point de 41 paginas sin autor conocido que fue intervenido el 20-S en la casa del número dos de Junqueras, Josep María Jove. Se traduce como la hoja de ruta informal que traza el camino unilateral hacia la independencia y que convive en el tiempo con el famoso Libro Blanco de la Transición Nacional de Cataluña impulsado por JxSí y la CUP.

Aunque lo llamativo no es el qué, sino el quien, pues este plan estaría gestionado por dos comités en la sombra. Uno estratégico con Puigdemont, Junqueras, diputados y los líderes de Asamblea Nacional Catalana (ANC), Omnium y Asociación de Municipios por la Independencia (AMI). Y otro ejecutivo con los consellers, técnicos y expertos. Dos ramas para un gobierno monocolor oficioso, que nadie reconoce.

Porque los exconsellers reniegan de su conocimiento hasta el punto de tacharlo de «apócrifo y estrambótico». «No lo conozco», «yo ese documento no le he visto», «me enteré de su existencia en prisión» son las respuestas a la Fiscalía, cada vez menos entusiasmada por preguntar por una prueba clave en su acusación.

Un documento que admite ya hasta burlas, como cuando Jordi Sànchez irónicamente se refirió a él como «la piedra angular» del «procés».

Habrá que esperar a escuchar a Jové por duplicado, cuando testifique en el Supremo y también ante el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) donde está investigado, para calibrar el valor de este tesoro que encontró la Guardia Civil.

AGENDA MOLESKINE

El anexo de Enfocats, incautado también a Jové. Supuestamente contenía anotaciones manuscritas sobre las reuniones secretas en 2015 y 2016 del comité estratégico. Como sucede con el otro documento, nadie ha visto jamás la Moleskine, clave para dar cobertura a Enfocats. Nadie se ha reunido con nadie jamás. Solo Rull admitió un encuentro que recoge la agenda pero curiosamente la Fiscalía no insistió más en repreguntarle, dando la sensación de dar por pérdida esta prueba. Si Enfocats decae, la Moleskine va detrás.

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