La interrupción de los ensayos clínicos de la vacuna contra la COVID-19 que desarrolla la Universidad de Oxford no supone un revés y no es la primera vez que esto pasa, afirmó este miércoles el ministro británico de Sanidad, Matt Hancock.
La farmacéutica AstraZeneca, que desarrolla la vacuna junto con la universidad inglesa, dio a conocer anoche un comunicado para informar de la pausa en las pruebas clínicas después de que un voluntario en el Reino Unido sufriera una reacción adversa.
Esta posible vacuna, considerada una de las más avanzadas que se desarrollan en todo el mundo, estaba en las fases finales de los ensayos clínicos antes de recibir la autorización de los organismos reguladores para proceder a inmunizar a la población.
En unas declaraciones a la cadena SkyNews, Hancock admitió que esta interrupción es «obviamente un desafío para esta particular vacuna. En realidad no es la primera vez que esto le ha pasado a la vacuna de Oxford y es un proceso normal en los ensayos clínicos».
El ministro consideró que la pausa en las pruebas «no es necesariamente» un revés, y «depende de lo que (los investigadores) encuentren cuando hagan la investigación».
«Hubo una pausa antes en el verano (boreal) y eso se resolvió sin problemas», añadió el titular de Sanidad.
AstraZeneca no ha facilitado información sobre el estado de salud del voluntario que ha enfermado, pero los medios destacaron este miércoles que se espera su recuperación.
La potencial vacuna, que dio resultados prometedores en los primeros ensayos, estaba siendo sometida a pruebas clínicas en el Reino Unido, Estados Unidos, Brasil y Sudáfrica.
El mes pasado, los Gobiernos de Argentina y México, así como la fundación mexicana Slim, llegaron a un acuerdo con AstraZeneca y la Universidad de Oxford para fabricar la vacuna para sus países y distribuirla después al resto de América Latina, excepto Brasil.
La OMS cree que la vacuna anticovid no estará disponible masivamente antes de 2022
La jefa de científicos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Soumya Swaminathan, advirtió hoy de que no espera que las posibles vacunas contra la COVID-19 estén disponibles para la población general antes de dos años, aunque los primeros grupos de riesgo podrían ser inmunizados a mediados de 2021.
«Muchos piensan que a principios del próximo año llegará una panacea que lo resuelva todo, pero no va a ser así: hay un largo proceso de evaluación, licencias, fabricación y distribución», subrayó la experta india en una sesión de preguntas y respuestas con internautas a través de las redes sociales.
Swaminathan indicó que desde la organización se maneja como escenario más optimista la primera llegada de vacunas a diversos países a mediados del próximo año, momento en el que se deberá dar prioridad a los grupos de mayor riesgo, ya que entonces aún no se habrán podido producir dosis para toda la sociedad.
«Es la primera vez en la historia que necesitamos miles de millones de dosis de una vacuna», afirmó la científica en jefe de la OMS, quien explicó que como mucho en las campañas masivas de vacunación anuales contra otras enfermedades se necesitan cientos de millones de dosis.
En la selección de grupos prioritarios para recibir la vacuna, la experta india insistió en que «los trabajadores sanitarios deberían ser los primeros, y en cuanto lleguen más dosis se ha de llegar a los más mayores, a personas con otras enfermedades, para ir así cubriendo a más y más población, un proceso que llevará un par de años».
Hasta entonces, subrayó Swaminathan, «la gente debe ser disciplinada», dando a entender que deberán continuar las medidas preventivas actuales (distanciamiento físico, mascarillas, higiene de manos…) o similares.
La científica también explicó a los internautas el funcionamiento de COVAX, el programa con el que la OMS y otras organizaciones internacionales ayudan financieramente a la investigación de vacunas contra la COVID-19 a cambio de que se garantice una distribución de ésta en todo el mundo, no sólo en las naciones más ricas.
Swaminathan destacó que cerca de un centenar de países en desarrollo podrían beneficiarse de este programa, y que más de 70 se han mostrado interesados en participar.
Para ello, COVAX está en negociaciones con los principales firmas e instituciones que investigan vacunas contra la COVID-19 en todo el mundo para adquirir grandes cantidades de dosis cuando éstas hayan probado su eficacia y seguridad.
«Algunos fabricantes han propuesto precios de coste, mientras otros sugieren que sean más bajos o altos dependiendo de si un país es más o menos rico», reveló la experta sobre las negociaciones de COVAX con las farmacéuticas.
Sobre el precio aproximado de las dosis, Swaminathan indicó que actualmente parece que podría oscilar entre los 2 y los 30 dólares estadounidenses, aunque aseguró que el mercado «es muy dinámico y cambiará a medida que más vacunas sean disponibles».
También recordó que la mayoría de los Estados «vacunan a sus ciudadanos gratuitamente o sin apenas coste» directo para los bolsillos de los pacientes.
COVAX forma parte del programa de la OMS Acelerador ACT, que no sólo cubre vacunas sino también herramientas de diagnóstico y terapias para los pacientes de COVID-19.
Tras cuatro meses de lanzamiento de estas iniciativas para garantizar un acceso universal a las herramientas contra la pandemia, se han logrado «tremendos progresos», aseguró Swaminathan, quien afirmó que la celeridad con la que se investigan vacunas y fármacos no irá en detrimento de la seguridad del paciente.