Varios vecinos de la casa okupada –de la Calle Margallo 54 de Cáceres— que el miércoles registró un incendio sin que hubiese que lamentar daños personales se han quejado de que esta situación «se veía venir, tarde o temprano tenía que ocurrir y ocurrió».
Fueron los propios vecinos los que alertaron al Servicio de Extinción y Prevención de Incendios -SEPEI- pasadas las 17.00 horas y a la Policía Local, que rápidamente comprobó que nadie se encontraba en ese momento en el interior de un inmueble sobre el que ya se habían registrado numerosas quejas por haberse adueñado de él hace unos meses unos okupas de forma ilegal.
Dado que el edificio no dispone ni de servicio de luz ni de agua, los técnicos del SEPEI consideran la posibilidad de que el incendio se debiera a una pequeña hoguera, o al mal funcionamiento de un electrodoméstico que no necesitase red eléctrica.
Al ser quemado bastante material plástico, el fuego originó una densa nube de humo que alarmó a los residentes en la calle y adyacentes, pero la pronta intervención de dos patrullas de bomberos propició que rápidamente fuera extinguido en la misma planta baja en que se originó.
Los vecinos del inmueble afectado han vuelto a quejarse al alcalde de la ciudad, Luis Salaya –PSOE–, de la gran cantidad de problemas que generan los okupas que se han adueñado del edificio: «Sin ir más lejos, hace unas semanas nos quedamos sin suministro de agua porque rompieron una tubería», han dicho.
El equipo de Gobierno anunció entonces que daría las órdenes precisas para aumentar la vigilancia en la zona, con el fin de terminar con esta problemática, «pero los okupas siguen desmantelando la casa para vender ese mobiliario como chatarra, por lo que pedimos al Ayuntamiento una actuación urgente para acabar con esta lamentable situación».
