El abogado de los herederos de Franco, Luis Felipe Utrera Molina, ha advertido esta mañana, minutos antes de comenzar la tercera jornada del juicio sobre la propiedad del Pazo de Meirás, que el Estado está «cayendo en la tentación de politizar un asunto que es meramente jurídico», ya que «aquí no se trata de discutir si Franco era bueno, malo o regular».
A su llegada al Juzgado de Primera Instancia número uno de A Coruña, Utrera Molina, uno de los letrados que defienden a la familia Franco, ha reiterado que el juicio «es una discusión sobre el derecho de propiedad».
«Esto es un pleito en el que el Estado alega la usucapión como título para adquirir el dominio», ha explicado Utrera Molina en declaraciones a los periodistas.
Esta parte, ha añadido, no solo lo niega, sino que «en el hipotético caso» de que el Estado lo hubiera adquirido por usucapión, sus clientes «lo hubieran adquirido por la posesión pacífica pública e ininterrumpida como dueños desde el año 1975 hasta el 2019 de sobra».
«Han pasado más de 44 años asumiendo todos los costes de la casa», ha insistido el letrado, que ha criticado que «cualquier tentación de introducir elementos políticos» en el juicio «lo único que demuestra es la debilidad de los argumentos del Estado».
Sobre la jornada de ayer martes ha dicho que «fue larga», ya que se alargó el interrogatorio a tres historiadores.
«Hoy previsiblemente se presente una jornada igual de larga», ha augurado, con la declaración de tres profesores y cuatro peritos.
Los Franco defienden que pueden vender «cualquier propiedad que sea suya»
Así ha respondido a preguntas de los periodistas a su llegada al Juzgado de Primera Instancia número 1 de A Coruña, donde se celebra el juicio por la titularidad del Pazo de Meirás, actualmente también en manos de los herederos de Franco y que se puso en venta hace dos años en una inmobiliaria cántabra por 8 millones de euros.
«Mis clientes pueden poner a la venta cualquier propiedad que sea suya, evidentemente», ha sostenido Utrera Molina en relación al edificio barroco situado en la Ciudad Vieja coruñesa, cuya titularidad también se cuestiona por el Ayuntamiento de la ciudad.
Al respecto, ha indicado que los nietos de Franco «han declarado los impuestos de la herencia de su madre y, por lo tanto, tienen derecho a poner a la venta cualquier inmueble de su propiedad».
