Todo ha sido tan anómalo en estos últimos días, desde el debate entre Joe Biden y Donald Trump, con un intento de asesinato sobre el segundo y la renuncia en X del primero con una carta sin membrete oficial, que el mundo esperaba en vilo la comparecencia física del presidente.
Que finalmente se ha producido en forma de una hierática y breve declaración desde el Despacho Oval, sin periodistas.
«Ha sido el honor de mi vida servir como vuestro presidente, pero la defensa de la democracia, que está en juego, creo que es más importante que cualquier título», logró pronunciar Biden. «Saco fuerzas y encuentro alegría trabajando para el pueblo estadounidense, pero esta sagrada tarea de perfeccionar nuestra unión no va de mí. Va de vosotros, de vuestras familias, de vuestro futuro. Va de nosotros, el pueblo. Así que he decidido que la mejor manera de avanzar es pasar la antorcha a una nueva generación».
«Esa es la mejor manera de unir a nuestra nación. Hay un momento y un lugar para largos años de experiencia en la vida pública. También hay un momento y un lugar para nuevas voces, voces frescas, sí, voces jóvenes. Y ese momento y ese lugar son ahora», agregó.
El presidente dio marcha atrás en su decisión tras semanas asegurando a la opinión pública que seguiría siendo el candidato demócrata a pesar de la creciente presión de algunos demócratas electos que habían llegado a creer que no ganaría la reelección. La esperada comparecencia se produjo tras varios días de especulaciones sobre el estado de salud del presidente después de que el 17 de julio diera positivo por COVID y se retirara a su casa de Rehoboth Beach (Delaware) para recuperarse.
Durante una rueda de prensa celebrada este miércoles, la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, abordó los rumores de que la renuncia del presidente Biden a la candidatura se debía a motivos de salud.
