Brian Niccol, empresario recién designado director ejecutivo de la cadena de cafeterías Starbucks, hará un trayecto de casi 1.600 kilómetros en jet privado para desplazarse desde su casa en Newport, California (suroeste de los Estados Unidos) hasta la oficina ubicada en la sede central de la empresa, en Seattle (el noroeste del país). Además, una vez concluida su jornada laboral, regresará, alcanzando los 3.200 kilómetros de viaje cada el día.
Muchos usuarios han criticado en redes sociales la hipocresía mostrada por este alto ejecutivo, ya que la empresa presume a menudo de ser «sostenible» y cumplir a rajatabla las medidas climáticas impuestas por el Acuerdo Climático de París. De hecho, la propia compañía presume en su web de obtener su café de «el 99% de fuentes éticas» y tiene la misión de hacer que el café sea el primer producto agrícola de origen sostenible del mundo.
El contrato del CEO Niccol establece que no tiene la obligación de mudarse a Seattle, pero debe desplazarse regularmente a la sede central para cumplir con sus funciones. Además, el acuerdo permite que utilice los jets privados de la compañía tanto para viajes de negocios como para sus traslados entre California y la sede en Seattle.
Para facilitar sus jornadas de teletrabajo, Starbucks también ha decidido crear una pequeña oficina en Newport Beach (California), desde donde podrá trabajar cuando no se encuentre en Seattle. Sin embargo, la empresa no ha confirmado si la política de trabajo híbrido (combinación de jornadas presenciales con el teletrabajo), que obliga a los empleados a asistir a la oficina al menos tres días a la semana, se aplicará también a su nuevo CEO.
Dan Coatsworth, un analista de inversiones en AJ Bell, ha expresado en una entrevista con la BBC su preocupación por la idea de que Niccol utilice un jet privado para cubrir los 1.600 kilómetros que separan su hogar de la sede de la empresa. Según Coatsworth, aunque en teoría Niccol recibe las mismas condiciones de trabajo que otros empleados de oficina, el uso de un jet privado no solo es perjudicial para el medio ambiente, sino que también envía un mensaje equivocado a los clientes y al personal de Starbucks.
Coatsworth también ha cuestionado la eficacia de dirigir un negocio valorado en 105.000 millones de dólares y con aproximadamente 400.000 empleados desde la distancia, sugiriendo que un líder debe estar profundamente involucrado en el funcionamiento diario de la empresa.