Días después de anunciar que se retiraba de la campaña electoral para respaldar al expresidente Trump, Robert F. Kennedy Jr., ha sido informado de que ya no estará protegido por los servicios de inteligencia «por no ser candidato presidencial».
El anuncio de Kennedy en Phoenix dejó claro que su decisión de apoyar a Trump se debía a la dificultad de plantar cara en solitario a los dos partidos del sistema: el demócrata y el republicano. Aunque afirmó que no retirará su nombre de todas las papeletas, sí planea hacerlo en aquellos estados competitivos donde su presencia podría alterar los resultados de la elección. Antes de detener su campaña, Kennedy había conseguido establecer su candidatura en más de 20 estados.
Inicialmente, el presidente Joe Biden había determinado que Robert F. Kennedy Jr. merecía protección de los Servicios Secretos tras el intento de asesinato contra Donald Trump en Pensilvania. Esta decisión tenía un doble propósito: salvaguardar la vida de Kennedy, cuya familia ha sufrido las trágicas muertes de su padre, Robert F. Kennedy, y de su tío, el presidente John F. Kennedy, ambos asesinados en los años 60, y atender las preocupaciones generales sobre su seguridad personal.
A pesar de retirarse de los swing states, Kennedy sigue manteniendo su presencia en varios estados, lo que genera especulación sobre su posible influencia en las elecciones dado que contaba con un 5% de respaldo en las encuestas. Su nombre continúa siendo conocido, y su mensaje todavía resuena entre ciertos segmentos de votantes, lo que podría complicar el panorama electoral.
El apoyo de Kennedy a Trump tiene el potencial de alterar la dinámica de la contienda electoral. Por un lado, puede unir a aquellos que compartían las ideas de Kennedy, alineándolos con Trump. Sin embargo, también existe la posibilidad de que divida a su base de seguidores.
