El segundo día de la Convención Nacional Demócrata (DNC) en Chicago ha estado marcado por controversias tanto dentro como fuera del United Center, donde se desarrolla el evento. Mientras los líderes demócratas pronunciaban discursos enérgicos contra el expresidente Donald Trump y su legado, las tensiones se desbordaron en las calles, donde manifestantes de izquierda quemaron las banderas de Estados Unidos e Israel y se enfrentaron a la policía, provocando múltiples arrestos.
Uno de los discursos más destacados fue el del senador Bernie Sanders (D-VT), quien rompió con la tónica habitual al criticar el estado de la economía estadounidense bajo la actual administración demócrata. Sanders subrayó que muchos ciudadanos están luchando por sobrevivir, enfrentando dificultades para poner comida en la mesa, pagar el alquiler y acceder a la atención médica necesaria. «Cuando el 60% de nuestra gente vive de cheque en cheque, el 1% más rico nunca ha estado mejor», afirmó Sanders, cuestionando la gestión económica del partido que busca retener la Casa Blanca en noviembre.
En un giro controvertido, Sanders también arremetió contra la influencia de los grandes millonarios en el proceso electoral, argumentando que no deberían poder comprar elecciones, incluidas las primarias. Esta declaración llega en un momento delicado, tras informes de que grandes donantes demócratas han presionado a Joe Biden para que abandone su campaña presidencial debido a su pobre desempeño en las encuestas y en el primer debate contra Donald Trump.
Por otro lado, la jornada estuvo marcada por un discurso virtual de la vicepresidenta Kamala Harris, quien se dirigió a los delegados después de la votación ceremonial. Sin embargo, fue el líder de la mayoría del Senado, Chuck Schumer, quien provocó una fuerte reacción al calificar a Trump como «antisemita» y fomentador de la violencia. Schumer, el funcionario judío electo de mayor rango en la historia de Estados Unidos, expresó su preocupación por el futuro de sus nietos y los de todos los estadounidenses, denunciando los prejuicios que, según él, Trump ha promovido.
Mientras tanto, en las afueras del United Center, las tensiones no cesaron. Manifestantes que protestaban contra la política estadounidense hacia Israel y la guerra en Gaza protagonizaron episodios violentos, acosando a periodistas y enfrentándose a manifestantes pro-Israel. La policía intervino para controlar la situación, que se volvió cada vez más volátil, con varios arrestos registrados. Estas escenas de violencia también se replicaron en las inmediaciones del consulado israelí en Chicago, donde se registraron enfrentamientos y más detenciones.
A pesar de la retórica dominante en la convención, centrada en defender la democracia y combatir el odio, las imágenes de violencia en las calles contrastaron fuertemente con los mensajes que se escuchaban dentro del United Center. La situación subraya las crecientes tensiones y divisiones dentro del país mientras los demócratas se preparan para las elecciones presidenciales de noviembre.