El expresidente de Estados Unidos Donald Trump ha mostrado su compromiso para salvar la industria del automóvil de Estados Unidos de las restricciones climáticas de Joe Biden.
Durante su discurso en la Convención Nacional prometió «poner fin al mandato de vehículos eléctricos y salvar así a la industria del automóvil estadounidense de la destrucción total». Y denunció que China está buscando construir plantas de fabricación en México para producir vehículos eléctricos que luego quiere vender sin aranceles en el mercado estadounidense. «Vamos a recuperar la fabricación de automóviles y lo vamos a hacer rápidamente», agregó.
«China está construyendo algunas de las plantas más grandes del mundo… Esas plantas estarán en Estados Unidos y nuestra gente estará a cargo de ellas», agregó. «Durante mucho tiempo otros países se han aprovechado de nosotros (…). Perdemos empleos e ingresos, ellos acaban con nuestros negocios».
La Administración de Joe Biden planteó, a través de la Agencia de Protección del Medio Ambiente, una estricta regulación para «impulsar las ventas de coches eléctricos». El objetivo es que hasta dos tercios de los nuevos coches vendidos sean eléctricos en 2032. «Se prevé que las normas propuestas aceleren la transición a los vehículos eléctricos», señaló la agencia.
Trump ya cargó contra Biden por «asesinar a la industria del automóvil»: «El mandato de Biden no es una regulación gubernamental, es un asesinato a los empleos y la industria», subrayó.
Los legisladores republicanos pidieron a la Administración de Biden que vaya un paso más allá en la crisis de sanciones contra el sector automovilístico chino y solicitaron añadir a los proveedores de baterías para coches eléctricos de Ford y Volkswagen, CATL y Gotion, a su lista de empresas prohibidas. «Tienen vínculos con el Cuerpo de Producción y Construcción de Xinjiang, una organización paramilitar sancionada por EEUU».
