Uno de los presentadores más destacados de la BBC, Huw Edwards, ha sido sentenciado a seis meses de prisión ayer lunes en el Reino Unido tras admitir haber accedido a material indecente de menores. Sin embargo, la pena de cárcel ha sido suspendida a cambio de someterse a un programa de rehabilitación para delincuentes sexuales durante dos años.
La Corte de Magistrados de Westminster, en Londres, fue el escenario de esta audiencia, que atrajo la atención de los medios. Edwards, que en su día fue una de las figuras más reconocidas de la televisión pública británica, asistió con semblante serio al juicio. El juez Paul Goldspring dictó la sentencia, señalando que la confesión de culpabilidad de Edwards y la evaluación de que no representa un peligro inmediato para la sociedad o los menores fueron factores clave para evitar el ingreso en prisión.
El tribunal también impuso como requisito que Edwards participe en un programa de rehabilitación especializado y bajo supervisión. Además, su nombre ha sido inscrito en el registro de delincuentes sexuales durante los próximos siete años, lo que obliga al periodista a informar a las autoridades sobre su paradero en todo momento.
Edwards, que se hizo conocido internacionalmente por anunciar la muerte de la reina Isabel II el 8 de septiembre de 2022, se declaró culpable en julio de tres cargos relacionados con la posesión de imágenes indecentes de menores, obtenidas entre diciembre de 2020 y abril de 2022. Los cargos estaban relacionados con 37 imágenes intercambiadas a través de WhatsApp, incluidas seis de la categoría A, consideradas las más graves, 12 de categoría B, y 19 de categoría C.
El término «tomar imágenes» en la legislación británica abarca diversas acciones, desde la descarga de fotos hasta su producción o distribución, según la interpretación jurídica. Las imágenes que poseía Edwards incluían contenido que variaba desde actos sexuales explícitos hasta material menos grave, pero aun así considerado inapropiado por la ley.
El caso ha causado conmoción en el Reino Unido, especialmente por la prominencia pública de Edwards, que fue durante años una de las caras más respetadas de la BBC. Aunque la sentencia ha evitado el ingreso inmediato en prisión, el ex presentador se enfrenta ahora a un largo proceso de rehabilitación y supervisión.
