Las últimas encuestas para la segunda y definitiva ronda arrojan un resultado incierto.
La República Checa celebra este viernes y sábado unas elecciones presidenciales en las que se decide si continúa como jefe del Estado el controvertido político euroescéptico Milos Zeman o si el puesto lo ocupa Jiri Drahos un científico europeísta sin experiencia política.
Zeman, que hace un lustro fue el primer presidente checo elegido en sufragio directo, ha evolucionado en los últimos años desde un moderado europeísmo a un abierto euroescepticismo.
A sus detractores no les gusta que haya fomentado tantos vínculos diplomáticos y comerciales con Rusia y China, al mismo tiempo que criticaba ciertas políticas comunitarias, sobre todo en materia de migración, tenencia de armas y sanciones a Moscú por su anexión de la península ucraniana de Crimea en 2014.
Además se ha prodigado en ataques contra el Corán, el islam y el multiculturalismo, llegando a decir que integrar a los musulmanes en Europa es «virtualmente imposible».
A Zeman, de 73 años y que sufre una neuropatía que le dificulta andar, se le achacan también excesos de vulgaridad y un excesivo intervencionismo, en un cargo del Estado que algunos consideran debería ser más representativo y formal que otra cosa.
Drahos, de 68 años, expresidente de la Academia de Ciencias, carece de experiencia política y considera que Zeman ha ido demasiado lejos al equilibrar la balanza diplomática hacia el Este, y pretende anclar los vínculos euroatlánticos de República Checa y que el país sea más activo en la UE.
En la primera vuelta de los comicios, Zeman obtuvo el 38,6 % del voto, frente al 26,6 % de su rival, con una diferencia de 600.000 votos, y sin que ninguno sobrepasara la mitad de los sufragios para proclamarse presidente.
Las últimas encuestas para la segunda y definitiva ronda arrojan un resultado incierto. Cuatro de los siete candidatos que no pasaron esa primera vuelta han dado su apoyo a Drahos, aunque queda ver si eso se transforma en votos.
El primer cara a cara televisado de los finalistas registró el martes un pico de audiencia de 2,2 millones de espectadores (en un país de 10,5 millones de habitantes), que no había podido ver debatir a los candidatos para la primera vuelta por la negativa de Zeman.
Anoche se celebra el segundo y último encuentro en el que se espera más contenido y no tanto la retórica que dominó el primer debate.
Las votaciones comenzarán mañana, viernes, a las 12.00 GMT y continuará hasta las 20.00 GMT. Los casi 15.000 colegios electorales estarán abierto de nuevo el sábado entre las 06.00 y las 12.00 GMT, cuando comenzará el escrutinio.
Estos comicios tienen como telón de fondo una situación interna peculiar, ya que el Gobierno salido de los comicios de octubre de 2017 y que lidera Andrej Babis, perdió la semana pasada la votación de investidura en el Parlamento y se encuentra en funciones.
Babis, que está siendo investigado por uso fraudulento de fondos comunitarios, sólo cuenta con el apoyo de su Alianza de Ciudadanos Descontentos (ANO), vencedora de las elecciones de octubre.
Pese a ello, el presidente Zeman volvió a encargarle ayer la formación de Gobierno, amparándose en el principio de presunción de inocencia.
Una decisión que ha sido duramente criticada por Drahos, que se opone a que haya un primer ministro bajo sospechas de corrupción, pese a que poco puede hacer por evitarlo, incluso si ganas las elecciones.
Zeman tienen potestad hasta el 7 de marzo, día en que vence su mandato presidencial, para designar al primer ministro.