Las recientes audiencias de los candidatos a comisarios de la Unión Europea han tenido como telón de fondo las devastadoras lluvias torrenciales que han golpeado a Valencia y a otras provincias españolas, con un balance de al menos 219 muertos.
Diversos aspirantes, alineados con la narrativa climática promovida desde Bruselas, han utilizado la tragedia para apuntalar la agenda verde de la UE, culpando exclusivamente al cambio climático de este tipo de fenómenos, y han propuesto restricciones al sector agrario y el industrial.
El neerlandés Wopke Hoekstra, candidato a Comisario de Clima y Crecimiento Limpio, ha atribuido la DANA a una «consecuencia directa del cambio climático», insistiendo en que Europa debe asumir el liderazgo mundial en la reducción de emisiones.
Así, ha propuesto una ambiciosa reducción del 90% para 2040 y ha defendido una «fiscalidad verde» que penalice a la industria, convencido de que la intervención fiscal es «un catalizador» para las empresas. «Las infraestructuras modernas están en riesgo debido al aumento del nivel del mar», ha declarado.
El chipriota Costas Kadis, candidato a Comisario de Medio Ambiente, Océanos y Pesca, ha subrayado la urgencia de «abordar el cambio climático» y ha anunciado su intención de implementar su propuesta de economía azul, centrada en una explotación «sostenible» de los recursos marítimos especialmente en el Mediterráneo. Kadis ha asegurado que esta política protegerá las costas, aunque implica un incremento de regulaciones y carga sobre el sector pesquero (ya afectado por el despliegue de restricciones climáticas en Bruselas).
Por su parte, Maros Šefčovič, candidato a Comisario de Relaciones Interinstitucionales, también ha vinculado la DANA en Valencia con los efectos del cambio climático. Ha prometido «proteger» los sectores agrícolas valencianos, pero ha enmarcado esta promesa dentro de una política climática alineada con el Acuerdo de París, mostrando así una postura que no responde a la realidad del mundo rural, arruinado por las exigencias ambientales impuestas desde Bruselas.
