Stonewall, una organización LGTBIetcétera británica financiada por el erario público, asegura que los niños de solo dos años pueden ser transgénero y que la identidad de género debe enseñarse en las guarderías.
El estamento ‘woke’ está pisando el acelerador en su plan de destrucción de la civilización, quizá porque ve cerca su fin. Cuenta el portal de noticias Breitbart News que esta semana pasada, una madre escribió un artículo en el periódico británico Metro sobre su hija de cuatro años supuestamente «no conforme con el género» y cómo su guardería no «respetó» su supuesta identidad transgénero, un caso de manual de Síndrome de Munchausen por poderes.
En respuesta al artículo, la asociación LGBTI de extrema izquierda Stonewall escribió: «La investigación sugiere que los niños de tan solo 2 años reconocen su identidad trans. Sin embargo, muchas guarderías y escuelas enseñan una comprensión binaria del género preasignado». Y agrega: «¡La educación inclusiva y afirmativa LGBTQ es crucial para el bienestar de todos los jóvenes!”. Aunque se trata de una organización extremista, su visión es compartida por las autoridades, que la financian.
Por supuesto, cualquiera se da cuenta de que tales afirmaciones son peligrosísimos absurdos. Todos los estudios serios sobre disforia de género concluyen que en una abrumadora mayoría de los casos, los problemas de identificación con el propio sexo antes de la pubertad desaparecen solos, sin tratamiento alguno, con el tiempo. Un estudio de 2021 de la Universidad de Toronto de niños con disforia de género, por ejemplo, encontró que solo 17 de los 139 participantes persistieron en su expresión transgénero, en comparación con 122 (87.8 por ciento) que volvieron a las normas de género tradicionales.
Stonewall sigue ejerciendo un poder considerable dentro del Reino Unido, particularmente en el campo de la medicina. En junio, por ejemplo, un denunciante del Servicio Nacional de Salud (NHS) reveló que los contratos otorgados a proveedores médicos, algunos por valor de millones, se otorgan en función de si las empresas se ajustan a la ideología de Stonewall.