Una marcha multitudinaria contra la reforma electoral retrógrada -propuesta en abril pasado por Andrés Manuel López Obrador (AMLO) y discutida ahora-, tuvo lugar este domingo 13 de noviembre en la capital mexicana, como en otras ciudades importantes (Guadalajara, Monterrey, Puebla, Cancún, Mérida, Ciudad Juárez y Tijuana).
Sólo en la Ciudad de México habría reunido unas 700 mil personas, bajo el grito de guerra de: “El INE no se toca”.
Se trata del Instituto Nacional Electoral (INE), que según no pocas interpretaciones de voces opositoras al incipiente socialismo blando de AMLO, estaría a unos pasos de dejar de ser autónomo del gobierno federal, y empezar a ser tripulado totalmente por el centralismo que tanto le gusta al presidente, tan amigo de Nicolás Maduro, Miguel Díaz Canel, y otros tiranos destructores de la libertad electoral.
Con esto, el INE (al que ya desde ahora AMLO y su gente le restó el monto de unos 21 millones 428 mil euros en el presupuesto de 2023) regresaría a las épocas cavernícolas del presidente Carlos Salinas de Gortari (y otros previos), allá por 1988, cuando las elecciones eran groseramente controladas desde la Secretaría de Gobernación. Pero no es que AMLO quiera en esta búsqueda parecerse a su otrora archirival, a Salinas, sino más bien sigue el guión de sus amigos socialistas que ya nunca se fueron del poder en Cuba y Venezuela.
Por eso, esta reforma que impulsa el tabasqueño es considerada como una amenaza muy peligrosa contra la democracia en general y contra las elecciones libres y el instituto autónomo que las coordina a nivel nacional, en lo particular.
Se denunció desde la oposición que fue tanta la preocupación por esta marcha desde el ámbito del socialismo oficialista, que el gobierno de la capital tuvo a bien declarar una “contingencia ambiental”, es decir, restringir el libre tránsito de ciertos vehículos por “razones verdes”, para de refilón intentar menguar la concentración prevista.
Durante la marcha, que inició en Ciudad de México en el Ángel de la Independencia para avanzar sobre Reforma y culminar en el monumento a la Revolución, también se señaló que hubo presencia de grupos de choque favorables a AMLO, como ya ha sucedido en otras ocasiones, con provocadores que buscan “reventar” los eventos disidentes.
La iniciativa de AMLO, impulsa cambiarle el nombre al INE y ponerle ahora “Instituto Nacional Electoral y de Consultas” (INEC).
Esta parte del nombre que hace referencia a las consultas parece mañosa, porque el mandatario izquierdista cuyo partido Morena (Movimiento de Regeneración Nacional) está afiliado al Foro de Sao Paulo, en su plan busca que las consultas populares pasen de un 40% a sólo un 33% para ser vinculantes. Y ya sabemos que AMLO, como Hugo Chávez, haría lo que quiere: cambios a la Constitución incluso, para eternizarse en el poder, con tales ejercicios simplones de “democracia” populachera.
Otros puntos de su reforma: Los consejeros de ese INEC, como los magistrados del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) ahora serían propuestos por los tres poderes de la Unión, pero elegidos mediante voto abierto ciudadano en elecciones especiales. El número de estos consejeros electorales se reduce de 11 a 7.
Se incluye una drástica reducción de diputados (de 500 a 300), y de senadores (de 128 a 96), un recorte de presupuesto a los partidos políticos y reducir el tiempo aire de los promocionales de los institutos políticos. Por si esto fuera poco, la reforma de AMLO elimina todos los órganos electorales locales, con lo que el control queda totalmente centralizado.
Y algo que se considera una consabida trampa, sobre todo en países socialistas o con alta influencia de izquierdas, es la implementación de voto electrónico, que por ejemplo en Venezuela fue el inicio del fin de la democracia. Pero también se han registrado muchísimas acusaciones de fraude en España, Brasil y en Estados Unidos.
Ante este descarado plan para adueñarse del control electoral e imponer una dictadura, la gente salió a protestar. En la Ciudad de México, ríos de personas vestidas de blanco y rosa, colores del INE, inundaron las avenidas.
En Monterrey, el ojo de un dron dio cuenta de la enorme manifestación.
El Presidente de la Cámara de Diputados, Santiago Creel Miranda (del Partido Acción Nacional, PAN), quien podría querer contender por el gobierno de la capital en 2024, estuvo en la marcha y declaró al diario El Universal:
“Creemos en un México y no de un solo hombre… De alguien que quiere quedarse con el árbitro electoral, que quiere quedarse con el país. Este país es de todos, la soberanía está aquí y aquí está el pueblo, no su pueblo; es el pueblo. Y añadió:
“Quiere que regresemos a los años 60 y 70; eso no lo vamos a permitir de ninguna manera. Somos un grupo del pueblo opositor que vamos a buscar en 2024 a quitarlos, quitarlos democráticamente, quitarlos en las urnas con un árbitro electoral, independiente y autónomo, que se cuenten los votos y que los votos cuenten”.
También marcharon junto a Creel, el expresidente Vicente Fox, el líder nacional del PAN, Marko Cortés, y Jorge Romero, el coordinador de los diputados federales de este instituto.
Javier Lozano, quien fuera senador y secretario federal del Trabajo -y podría ser candidato al gobierno de Puebla- invitó desde días antes a la marcha con un video en el que llamó a “defender las libertades y la democracia” ante los ataques al INE.
Jorge Romero también hizo un video llamando a la marcha en el que advirtió que sus convicciones democráticas están más fuertes que nunca y que no permitirían un retroceso que acotara al INE.
Pedro Ferriz de Con, periodista y conocido opositor a AMLO, posteó un video de la ciudad de Querétaro, con estas líneas: “Querétaro!!!! Hasta la madre de pueblo en favor de México. El INE no se toca”.
La alcaldesa de Álvaro Obregón, Lia Limón, subió fotos de sí misma marchando, vestida de rosa: “Ya estamos en el Ángel de la Independencia, ¡escúchenlo bien #ElINENoSeToca!”, dijo.
La senadora Lilly Téllez también marchó, aunque vestida de negro. “¡Por la libertad, la justicia y la democracia de México! #ElINENoSeToca #marchaINE #YoSiVoyALaMarcha”, posteó en su cuenta de twitter.
Mientras tanto, en Madrid, también hubo quienes se sumaron a esta protesta, afuera de la embajada de México: “Obrador, traidor, el INE no se toca”, coreaba una multitud.
El periodista Pascal Beltrán del Río escribió en su twitter:
“En octubre de 1996, Rosa Icela Rodríguez —la hoy secretaria de Seguridad y en aquel entonces reportera— escribió en La Jornada cómo Andrés Manuel López Obrador fue quien propuso y logró que José Woldenberg fuera aceptado como presidente del IFE”.
Woldenberg, el aludido, fue este domingo 13 el único orador del evento. Al INE le gustó tanto su discurso que lo subió completo en su página web. Aquí retomamos algunas partes:
“Estamos aquí reunidos con un solo objetivo claro y trascendente: defender el sistema electoral que varias generaciones de mexicanos construyeron, que ha permitido la convivencia y competencia de la pluralidad y la estabilidad políticas, la trasmisión pacífica de los poderes públicos y la ampliación de las libertades. Todo eso constituye un patrimonio común y por ello estamos aquí, ciudadanos de muy diferentes orientaciones políticas y extracciones sociales, militantes de partidos, integrantes de organizaciones sociales y personas sin filiación política que deseamos que México sea la casa que nos cobije a todos. Estamos aquí ejerciendo nuestros derechos. El derecho a manifestarnos, a opinar, a reunirnos de manera pacífica para expresar nuestras preocupaciones y aspiraciones. Somos parte de una marea de opinión que aprecia y defiende la democracia”, dijo el ex presidente consejero del entonces Instituto Federal Electoral (IFE).
Y cerró así:
“No a la destrucción del INE. No a la destrucción de los institutos locales. No a la destrucción de los tribunales locales. No a la pretensión de alinear a los órganos electorales a la voluntad del gobierno. No al autoritarismo. Sí a la democracia. Sí a un México democrático”.
Empero, no faltaron voces que criticaron que justo este personaje haya sido el único en hacer uso de la voz en la tribuna, debido a que fue militante del Partido Socialista Unificado de México (PSUM, 1981-1987); y luego del PMS (Partido Mexicano Socialista, 1987-1989).
Además de tales antecedentes de este orador, hubo quienes, desde la derecha, se quejaron de que muchas de las organizaciones convocantes están presididas por personas notoriamente “progresistas”, incluso pro aborto, y cercanos al supremacismo feminista y LGBT. Una cierta “oposición” que se parece mucho en sus propuestas sociales a las del partido de AMLO, a MORENA.
Y que, dicho sea de paso, hizo esta marcha con un extraño contrasentido simbólico: partió del monumento de Independencia, caminó por Reforma, y culminó en el monumento a la Revolución. Los organizadores no entienden de símbolos. Ninguna oposición real podría desembocar en tal monumento que entroniza la lucha de izquierdas…
