Desde que Lula da Silva se proclamara vencedor en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales de Brasil, el pasado 30 de octubre, las protestas en las calles del país iberoamericano contra el resultado electoral han sido masivas. La sombra de un fraude electoral se extendió entre los seguidores de Jair Bolsonaro, hasta el punto de que hayan tenido que intervenir tanto el Tribunal Superior Electoral como el Ejército del país.
El 30 de octubre, tras ir en cabeza la mayor parte del escrutinio, Bolsonaro perdió las elecciones contra Lula por el margen más estrecho de la historia democrática de Brasil: los más de 58 millones de votos que recibió el actual presidente no fueron suficientes para vencer a Lula, que obtuvo más de 60; es decir, el 50,9% de los brasileños apoyaron al líder del Partido de los Trabajadores, mientras Bolsonaro fue respaldado por el 49,1%.
Desde hace más de 25 años en Brasil se usan urnas electrónicas en el proceso electoral, sin que los brasileños tengan que depositar ningún papel en ningún sitio, algo que Bolsonaro ha criticado en numerosas ocasiones, al menos desde 2014. El presidente brasileño criticó de nuevo este sistema el pasado mes de julio ante un grupo de diplomáticos, a los que dijo que Brasil estaba expuesto a un fraude de cara a las elecciones de octubre, y sugirió que las Fuerzas Armadas hicieran un recuento paralelo de los votos para evitarlo.
El presidente del Tribunal Superior Electoral que organiza los comicios, Alexandre de Moraes, que es considerado un adversario de Bolsonaro, creó antes de las elecciones una comisión de transparencia formada por varios representantes de la sociedad civil. También invitó a las Fuerzas Armadas, pero éstas no realizarían un recuento paralelo.
Tras la celebración de los comicios, cuando los resultados oficiales dieron como vencedor a Lula, muchas de las principales carreteras del país fueron bloqueadas por seguidores del todavía presidente, que protestaron por el resultado electoral; en los días posteriores las manifestaciones continuaron produciéndose en varias zonas del país.
El 1 de noviembre, desde el Palacio de la Alvorada, Bolsonaro agradeció el respaldo de los más de 58 millones de brasileños que le votaron y señaló que los movimientos populares que se estaban produciendo eran el resultado de “la indignación y del sentimiento de injusticia de cómo se llevó a cabo el proceso electoral”.
“Las manifestaciones pacíficas serán siempre bienvenidas, pero nuestros métodos no pueden ser los de la izquierda, que siempre han perjudicado a la población, como la invasión de propiedades, la destrucción del patrimonio y el derecho de ir y venir», aclaró Bolsonaro según recogió la Agencia Brasil. Más tarde, el todavía presidente defendió las manifestaciones, pero hizo un llamamiento a que no bloquearan las carreteras del país.
El presidente del TSE, el mencionado Alexandre de Moraes, advirtió el 3 de noviembre que las protestas que se oponían a los resultados de las elecciones del domingo serían “combatidas con la ley” y sus responsables castigados.
«Las elecciones han acabado, la segunda vuelta acabó democráticamente. El TSE proclamó vencedor y tomará posesión el 1 de enero de 2023. Eso es democracia, eso es alternancia de poder, eso es estado republicano«, remarcó De Moraes durante la primera sesión del tribunal tras las elecciones.
«No hay que contestar un resultado democrático con movimientos ilícitos, antidemocráticos, criminales, que serán combatidos y los responsables castigados con la ley. La democracia venció de nuevo en Brasil», enfatizó el también magistrado del Tribunal Supremo.
El informe de las Fuerzas Armadas y la reacción del Tribunal Superior Electoral
El ministro de Defensa de Brasil, Paulo Sergio Nogueira de Oliveira, pidió a las autoridades electorales de Brasil el 10 de noviembre que autorizaran una investigación técnica para mejorar el sistema de votación electrónica del país.
Nogueira de Oliveira presentó ante el Tribunal Superior Electoral el informe elaborado por las Fuerzas Armadas, que acompañó con una carta en la que pedía que se aceptaran las sugerencias del Ejército, al citar puntos técnicos a corregir, así como un análisis del código fuente del sistema, informó la Agencia Brasil.
«El trabajo se limitó a la supervisión del sistema de votación electrónica», escribió el ministro saliente en una carta, donde criticó que no haya «comentarios sobre posibles pruebas de delitos electorales».
Según el documento, realizado por el equipo técnico de militares de las Fuerzas Armadas, el TSE brasileño dificultó el análisis de los códigos fuente de las máquinas de votación y señalaron posibles fallas en los mecanismos de control del sistema. «Sin embargo, que no se observaron discrepancias entre los resultados impresos por las papeletas y el recuento final publicado por las autoridades electorales», añadió el informe.
El Tribunal Superior Electoral de Brasil emitió un comunicado en el que afirmaban recibir “con satisfacción” el informe final del Ministerio de Defensa que, dijo el tribunal, “no señaló la existencia de ningún fraude o inconsistencia en las máquinas de votación electrónica y en el proceso electoral de 2022”.
“Las sugerencias enviadas para mejorar el sistema serán analizadas oportunamente”, continuó la nota firmada por De Moraes. “El TSE reafirma que las máquinas de votación electrónica son motivo de orgullo nacional, y que las Elecciones de 2022 demuestran la eficacia, equidad y total transparencia en el escrutinio y cómputo de los votos”, añadió.
Tras la reacción del TSE, el Ministerio de Defensa publicó una nota el 10 de noviembre “para evitar distorsiones en el contenido del informe”. El Ministerio de Defensa aclaró que el trabajo del equipo de técnicos militares en la inspección del sistema de votación electrónica, “si bien no lo señaló, tampoco excluyó la posibilidad de la existencia de fraude o inconsistencia en las máquinas de votación electrónica y en el proceso electoral de 2022”.
Después de mencionar las aclaraciones que solicitaba el informe, el Ministerio de Defensa concluyó que no era posible “garantizar que los programas que se ejecutaron en las máquinas de votación electrónica” estuvieran “libres de inserciones maliciosas que alteren su funcionamiento”.
El Ejército defiende a los manifestantes
Al día siguiente de la nota del Ministerio de Defensa, las Fuerzas Armadas emitieron un comunicado dirigido a las instituciones y al pueblo brasileño en la que se refirieron a las protestas tras las elecciones.
La Armada, el Ejército y la Fuerza Aérea brasileñas reafirmaron su compromiso “irrestricto e inquebrantable con el Pueblo Brasileño, con la democracia y con la armonía política y social de Brasil”, ratificada por los “valores y tradiciones” de las Fuerzas Armadas, “siempre presente y moderadora en los momentos más importantes” de la historia de Brasil.
En el escrito, firmado por el almirante de la Marina, Almir Garnier dos Santos; el general del Ejército, Marco Antônio Freire Gomes; y por el teniente brigadista y comandante de la Fuerza Aérea, Carlos de Almeida Baptista, aseguran que los “deberes y derechos” que promulga la Constitución brasileña deben ser garantizados por las instituciones, “especialmente en lo que se refiere a la libre expresión del pensamiento; libertad de reunión pacífica; y la libertad de circulación dentro del territorio nacional”, y observadas por todos los brasileños.
En referencia a estas «manifestaciones populares», los comandantes de la Fuerzas Armadas subrayaron que están permitidas por la ley y que condenan «posibles excesos» que «puedan restringir derechos individuales y colectivos».
«Son condenables tanto posibles restricciones de los derechos por parte de los agentes públicos, como posibles excesos cometidos en manifestaciones que puedan restringir los derechos individuales y colectivos, o poner en riesgo la seguridad pública», indicaron en el comunicado.
“Como vía esencial para el restablecimiento y mantenimiento de la paz social, corresponde a las autoridades de la República, instituidas por el Pueblo, ejercer el poder que emana de “de él”, la atención inmediata a todas las demandas legales y legítimas de la población, así como el estricto cumplimiento de las atribuciones y límites de sus competencias”, continuaron los militares.
Las Fuerzas Armadas afirmaron su creencia en la importancia de la independencia de los Poderes, especialmente el Legislativo, “Casa do Povo, destinatario natural de los deseos y demandas de la población”. Los militares terminaron afirmando que la “verdadera” democracia presupone “el culto a la tolerancia, el orden y la paz social”. Las Fuerzas Armadas “se mantienen vigilantes, atentas y enfocadas en su rol constitucional de garantizar nuestra Soberanía, Orden y Progreso, siempre en defensa de nuestro Pueblo”, finalizaron.
El documento embrionario del partido de Bolsonaro
En las últimas horas, O Antagonista publicó un documento del Partido Liberal de Brasil, la formación que postuló a Bolsonaro a la relección en los pasados comicios presidenciales, con la que este grupo político, supuestamente, iba a solicitar la anulación ante el Tribunal Superior Electoral del proceso del 30 de octubre debido a posibles errores en algunas máquinas de votación.
Carlos Rocha, presidente del Instituto del Voto Legal, que aparece en el documento como uno de los integrantes del equipo contratado por el Partido Liberal para analizar los comicios, ha afirmado que la versión publicada está «obsoleta», no ha sido validada por sus autores y no es la definitiva.
«El trabajo de inspección de PL termina en diciembre, está en marcha. Los informes de las fases anteriores, con una versión final, fueron entregados al PL y al TSE. Aún no se ha publicado una versión final del informe de las nuevas fases. Tenemos estudios en curso. La versión que publica Antagonista está obsoleta y no está firmada por nadie”, dijo Carlos Rocha a Poder360.
