El presidente saliente de Guatemala, Alejandro Giammattei, ha felicitado este domingo a Bernardo Arévalo, ganador de la segunda vuelta en las elecciones presidenciales guatemaltecas, después de imponerse con una gran distancia a su rival por Unidad Nacional de la Esperanza (UNE), Sandra Torres.
«Felicito a los guatemaltecos por la realización de las elecciones en paz, con pocos incidentes aislados. Felicito también a Arévalo y extiendo la invitación para iniciar la transición ordenada, al día siguiente de que los resultados queden oficializados», ha indicado el mandatario a través de sus redes sociales.
Minutos después, Giammattei ha anunciado que ha mantenido una conversación telefónica con el ganador de las elecciones «para felicitarlo e invitarlo a tener una reunión en (la) Casa Presidencial» con el objetivo de «programar la transición más ordenada y completa que ha acontecido en el país».
El candidato izquierdista, que representa al Movimiento Semilla, ha ganado las elecciones de este domingo, después de conseguir el 58,57 por ciento de los votos —2,4 millones de votantes— frente al 36,68 por ciento —1,5 millones— de Torres, según el 98 por ciento de las actas escrutadas.
Así, Arévalo se ha convertido en el primer mandatario hijo de un expresidente, mientras que su rival ha perdido por tercera vez una elección presidencial, informa el diario La Hora.
El Tribunal Supremo Electoral (TSE) ha situado en un 44,1 por ciento la participación ciudadana, en unos comicios marcados por el abstencionismo ante la crisis que vive el país desde la primera vuelta, cuando la Fiscalía trató de suspender al Movimiento Semilla, y registró las sedes tanto de la formación política como del TSE.
Estas elecciones han adquirido una relevancia mucho mayor después de que Arévalo rompiera con todos los pronósticos —en algunas encuestas le situaban octavo entre las predilecciones del electorado— al lograr pasar a la segunda ronda. Su mensaje contra la corrupción, el retroceso democrático y la clase política que ha manejado durante décadas el país acabó calando en una muy descontenta sociedad.
