Fiscales argentinos han ordenado el registro del apartamento del expresidente Alberto Fernández en la noche de este viernes y se han incautado de un teléfono móvil en el marco de la investigación por violencia de género abierta tras la denuncia de su expareja, Fabiola Yáñez.
El allanamiento del piso del barrio de Puerto Madero, en Buenos Aires, ordenado por los fiscales Carlos Rívolo y Ramiro González busca constatar si el expresidente continuó «hostigando» a Yáñez luego de ser notificado de que no tenía que tener contacto con ella, según recoge el diario argentino La Nación citando fuentes judiciales. Yáñez confesó que el disparador de la denuncia contra Alberto Fernández fue el «acoso telefónico, terrorismo psicológico». «Estuvo durante dos meses amenazándome día por medio con que si yo hacía esto, si hacía lo otro, se iba a suicidar», detalló. En medio de esas traumáticas vivencias, su hipertensión se descontroló, al punto de sufrir picos de presión que la llevaron a terminar internada en España.
El propio Fernández ha pasado toda la jornada del viernes en su domicilio acompañado por amigos y familiares, incluido el momento del registro. Mientras, el juez federal Julián Ercolini dictaba el secreto de sumario de la causa, escindida de una investigación sobre un caso de posible fraude en la contratación de seguros del Estado. El propio Erdoline tramita el juicio por posible fraude y este viernes le tocó por sorteo investigar la denuncia de violencia de género.
La que fuera presidenta y vicepresidenta de Fernández, Cristina Fernández, se ha posicionado con la denunciante y ha afirmado que las imágenes sobre la paliza recibida por Yáñez «delatan lo más sórdido de la condición humana» y que el «machismo no tienen bandera partidaria».
La difusión de estas fotografías se produce después de que la exprimera dama Fabiola Yáñez, que vive en España, haya denunciado por violencia física y hostigamiento a Fernández, que ha tratado de defenderse con un comunicado en el que tacha de «falsos» los hechos que se le imputan y alega que aportará pruebas ante la Justicia.
Sin embargo, ha sorprendido el silencio atronador de dos amigas que presumen de ser las máximas representantes políticas del feminismo en España. Tanto Irene Montero como Yolanda Díaz, que han acudido a la Casa Rosada en visitas programadas e hicieron campaña por el líder socialista, no se han posicionado a favor de la víctima pese a las numerosas pruebas presentadas.
De hecho, cabe destacar que tras su apabullante derrota a manos de Javier Milei, el presunto maltratador se mudó a España alegando que había recibido numerosas ofertas de trabajo —incluso el actual presidente de Argentina insinuó que trabajaría como asesor de Pedro Sánchez—.
