El régimen encabezado por Daniel Ortega anunció el lunes la clausura de 15 oenegés, en medio de una escalada contra la disidencia que ha puesto especial acento en los últimos tiempos en el enfrentamiento con los sectores religiosos de Nicaragua.
En esta ocasión siete de las 15 organizaciones canceladas por la tiranía sandinista están vinculadas a las Iglesias católica y evangélica, destacándose entre ellas la sucursal de Cáritas (una entidad católica dedicada a obras de asistencia social en comunidades populares del país) en la localidad de Matagalpa, así como los templos evangélicos Iglesia de Pentecostés y del Buen Samaritano.
Otra de las organizaciones importantes disueltas durante este lunes es la Asociación Instituto Tecnológico Victoria, un centro de estudios superiores caracterizado por otorgar becas a nicaragüenses de escasos recursos que buscan oportunidades para cursar carreras universitarias.
Entre las razones oficiales argüidas por la dictadura para hacer cesar las actividades de estas organizaciones se encuentra el «incumplimiento de obligaciones» de las mismas con el Estado nicaragüense, que las acusa de no haber presentado estados financieros de sus actividades durante los últimos años.
Sin embargo, el régimen de Ortega también ha informado que nueve de las 15 entidades habrían quedado disueltas por inactividad, procediéndose en ese caso a una «disolución voluntaria» de las mismas.
Toma de las instalaciones
La medida ordenada por Ortega también implica la toma del control de las instalaciones de estas oenegés, aclarándose que dicho patrimonio queda ahora bajo consideración de la Procuraduría General de la República para finalmente ser traspasado al Estado nicaragüense. Quedarían exentos de este mecanismo aquellas entidades que hayan apelado la figura de la «disolución voluntaria».
Desde 2018, año en que sectores opositores pusieron en jaque al régimen de Ortega a través de intensas jornadas de protesta en varias partes de Nicaragua, la represión adelantada por el régimen ha dejado un saldo de unas 3.600 oenegés cerradas hasta la fecha, debilitando enormemente la capacidad de creación y sostenimiento de redes de solidaridad entre los habitantes del país centroamericano.