Me acaba de llamar un amigo para decirme que ha muerto el P. Arredondo. Queridísimo amigo y admirado jesuita. Había cumplido los cien años y estaba en la residencia para ancianos de Alcalá. Noticia triste para mi familia donde tanto y tantos le queríamos. Él casó a mi hija Pepa, lo que indica no poco de nuestra proximidad. 

Día triste pero también gozoso porque ya ha acudido ante el Padre que sin duda le ha abrazado como siervo bueno y fiel. Jesuita ejemplar donde los hubiera, ya estará hoy con los suyos de verdad. Con Ignacio, Borja, Javier, Rubio…

Yo me siento más huérfano de jesuitas. Tal vez se haya ido el último de los míos. Y fueron tantos… La vida es así. Pero creemos en la comunión de los santos. Por lo que el P.Agustín Arredondo sigue estando con nosotros. Y nosotros con él.