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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

El partido comunista chino es una amenaza mayor para la humanidad que el Covid19, Estados Unidos debe enfrentarse a él.

Mercado en Shanghai, China

El Partido Comunista Chino (PCCh) no ha dicho la verdad sobre este virus y ha permitido que se extendiera por todo el mundo, creando una catástrofe. Cuando la pandemia esté finalmente bajo control, el resto del mundo debe unirse para enfrentarse al PCCh. En un mundo globalizado, cuando los dictadores están en el poder, no solo las personas que gobiernan directamente están en peligro. Es toda la humanidad. Si las naciones libres no erradican el autoritarismo comunista, se convertirán en sus víctimas.

A medida que el coronavirus se ha extendido por China y por todo el mundo, dañando a la gente en todas partes, la amenaza que representa el Partido Comunista Chino (PCCh) para toda la humanidad se ha vuelto más clara y más obvia que nunca. Juntos, los ciudadanos y los líderes mundiales de todo el mundo, debemos empezar a pensar en cómo responder a esa amenaza.

El PCCh suprime y manipula la información para fortalecer su poder. En las últimas semanas, el PCCh le ha dicho al mundo que ha controlado el virus, que ha salido victorioso. Muchas personas y líderes de todo el mundo parecen creerlo. De hecho, muchas personas dicen que deberíamos hacer lo que el régimen autoritario ha hecho en China.

Esto es peligroso. No se puede dar crédito a lo que dice el PCCh. A pesar del dominio del partido en los medios de comunicación chinos, existe una amplia evidencia que demuestra sus mentiras. Incluso ahora, la ciudad de Harbin, en la provincia de Heilongjiang, está experimentando un importante resurgimiento de la enfermedad. Cada día hay más de 6.000 casos nuevos. Harbin ahora está cerrado; y los vecindarios dentro de la ciudad también están cerrados, como anteriormente habían estado en Wuhan. Además, al igual que con Wuhan, las autoridades están obligando a las personas a atrincherarse en sus hogares. En Wuhan, familias enteras han sido encontradas muertas en sus pisos porque no pudieron salir. Ahora está sucediendo lo mismo en Harbin. Se están cerrando más lugares, incluidos -según fuentes locales-, lugares como Handan en la provincia de Hebei, en la provincia de Guangdong, y Wuhan nuevamente. Esto a pesar de que las autoridades están ordenando a todos a volver al trabajo, mientras dicen al mundo entero que tienen el virus bajo control.

El resurgimiento está directamente relacionado con el hecho de que el PCCh oculta la verdad y toma medidas represivas contra las personas que intentaron compartir información sobre el virus. El PCCh está aprovechando la pandemia para llevar a cabo su campaña de represión.

Medios censurados, periodistas desaparecidos

En febrero, durante el cierre de Wuhan, periodistas como Fang Bin, Chen Qiushi y Li Zihua grabaron con sus móviles lo que estaba sucediendo en los hospitales y crematorios de Wuhan. Documentaron a personas colapsando en las calles, bolsas de cadáveres amontonadas en camionetas, un coche fúnebre que transportaba siete cuerpos, y furgones y furgonetas que transportaban cuerpos, trabajando veinticuatro horas al día. Posteriormente, compartieron toda esta información en la red.

Su evidencia documental contradecía la propaganda del PCCh, cuya reacción fue enviar a las fuerzas de seguridad a casa de Fang Bin y llevárselo. Chen Qiushi también ha desaparecido. Hasta el día de hoy, nadie conoce el paradero de ninguno de los dos. Li Zihua, recientemente liberado de la cuarentena, describió cómo fue perseguido por las fuerzas de seguridad, capturado y detenido. Mientras tanto, las autoridades dijeron que estaba en cuarentena.

La escritora Fang Fang escribió diariamente sobre la epidemia en Wuhan para que la gente supiera lo que estaba sucediendo en su ciudad. Los internautas aplaudieron su trabajo, felices de que alguien describiera las cosas impactantes que estaban sucediendo, a pesar de que muchos dijeron que lo que escribía solo cubría alrededor del 1 por ciento de lo que estaba realmente sucediendo. Sin embargo, el PCCh organizó que unos comentaristas la atacaran en la red, que se dedicaron a maldecirla y enviarle amenazas de muerte. Afirmaban que, al compartir la verdad de la pandemia, le estaba dando municiones a Estados Unidos y otros países occidentales para atacar a China.

En cuanto a los datos, no hay nada sobre los números del PCCh que sean creíbles. Recientemente, el PCCh elevó el número oficial de muertos. Previamente, el número era de poco más de 3.200 en todo el país. Luego dijeron que en esta cifra no están incluidas las 1.290 personas que han fallecido en Wuhan, por lo que han ajustado la cifra nacional a poco más de 4.600. Pero nadie se cree estas cifras – ni el pueblo chino ni nadie fuera de China. Según la cantidad de bolsas para cadáveres ordenadas por el PCCh, muchos estiman que aproximadamente 700,000 personas pueden haber muerto en China. Nadie sabe cuántos han sido infectados.

Bajo el autoritarismo, no hay estado de derecho. Solo control total

Muchas personas no entienden cómo funciona el régimen del PCCh. Bajo el autoritarismo, no hay estado de derecho. El sistema político de China es un sistema de partido-estado, donde el partido controla todo. El régimen del Partido Comunista está escrito en la constitución. El así llamado gobierno es solo una marioneta que el Partido usa para proteger el régimen de un solo partido. El Partido Comunista toma todas las decisiones sobre quién es nombrado para los cargos gubernamentales. En todos los niveles de autoridad, los comités y secretarios del partido tienen el poder real. Ya sea el primer ministro del país o el alcalde de una aldea local, cualquier posición del gobierno está en manos de la secretaría del partido de ese nivel.

Es por eso que no hay tribunales independientes ni un sistema legal independiente en China. El poder judicial obedece al partido. Los medios están controlados por el partido. Las corporaciones están controladas por el partido.

El PCCh busca el control total de la población. Lo está haciendo a través de su enorme red de vigilancia, utilizando el reconocimiento facial y el reconocimiento de movimiento. Si usted va, por ejemplo, a Xinjiang, donde viven los uigures, su teléfono será confiscado en la frontera y se eliminarán del mismo todas las aplicaciones que el Partido considere amenazadoras. Si bien lugares como el Tíbet y Xinjiang se controlan con especial severidad, todas las personas en toda China están bajo vigilancia y podrían ser víctimas de persecución por parte del partido.

El partido comunista chino no tiene en cuenta la vida humana

El autoritarismo equivale a maldad, y genera crueldad y desprecio por la vida humana. En Wuhan, ha habido muchos informes de personas que no estaban muertas -que todavía respiraban y cuyos cuerpos aún estaban calientes- y que fueron metidas en bolsas para cadáveres y enviadas a los crematorios.

En los primeros días del virus, el PCCh utilizó métodos no convencionales para comprar suministros médicos del extranjero. Usaron sus organizaciones clandestinas, ahora en muchos países de todo el mundo -incluidos Australia, Italia y las Américas- para comprar suministros en grandes cantidades. Varias fuentes informan de que el total de mascarillas y batas compradas fue de 2.200.000.000. Esto dejó a muchos países sin recursos vitales.

Al igual que el fuego y el agua, las dictaduras autoritarias no se mezclan con las democracias. No importa cuán agradable sea el mundo libre, los dictadores no cambiarán. Los estadounidenses deben enfrentarse a esta realidad: los dictadores nos ven como el enemigo. Cuando los dictadores están en el poder, no solo las personas que gobiernan directamente son las que se enfrentan al daño, como se puede ver con el coronavirus. Es por eso que los líderes de otros países no pueden ignorar o simplemente hacer alarde de enfrentarse a dictadores. Si las naciones libres no se enfrentan a la difícil tarea de decidir cómo erradicar el autoritarismo comunista, se convertirán en sus víctimas.

El mundo libre debe enfrentarse al partido comunista chino

El número total de personas infectadas en Estados Unidos supera el millón y las muertes suman más de 62.000. Este número es muy superior (más de nueve veces) a la cantidad de muertos que hubo en el 11 de septiembre y en Pearl Harbor juntos. Después del 11 de septiembre, Estados Unidos decidió hacer todo lo posible para eliminar el terrorismo. Después de Pearl Harbor, Estados Unidos entró inmediatamente en la guerra en el Pacífico, destruyendo el fascismo. El PCCh ha suprimido la verdad sobre este virus y ha permitido que se propague por todo el mundo, creando una catástrofe. Cuando la epidemia finalmente esté bajo control, el resto del mundo debe unirse para enfrentarse al PCCh.

Una prioridad principal debería ser considerar cómo ayudar de manera directa y efectiva al pueblo chino a comprender, resistir y derrocar el régimen dictatorial del PCCh. Occidente debe tomar medidas específicas para debilitar la capacidad de opresión del PCCh, incluidas las formas de asistencia tecnológica, económica o de otro tipo. Si el PCCh persigue a activistas de derechos humanos, creyentes religiosos y activistas de la democracia, debería pagar el precio más alto por sus acciones. Si el PCCh hace algo que causa cientos de miles de muertes en todo el mundo, también debe ser considerado responsable.

El PCCh es el virus más grande y más grave de todos. Con más de 200.000 personas muertas en todo el mundo por el coronavirus, no debería haber dudas sobre la amenaza que implica este régimen. Si no podemos trabajar juntos para detener al PCCh, continuaremos en peligro incluso después de que haya pasado el coronavirus. El PCCh es una amenaza no solo para el pueblo chino, sino para todo el mundo.

Publicado por Chen Guangcheng y William Saunders en The Public Discourse.

Traducido por Verbum Caro para La Gaceta.

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