«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

Trump y Pence se unen a la tradicional marcha antiabortista para ‘celebrar la vida’

«Queremos transmitir gozo por la vida, alguien tiene que hablar por los no nacidos, y defender la vida al cien por ciento», dijo una joven católica.

Miles de manifestantes antiabortistas celebraron este viernes en Washington la tradicional «Marcha de la Vida», a la que se sumaron el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el vicepresidente, Mike Pence, para recalcar que «toda vida tiene sentido».

«Cuando miramos a los ojos de un niño recién nacido, vemos la belleza, el alma humana y la majestuosidad de la creación de Dios. Sabemos que toda vida tiene sentido», señaló Trump, por sorpresa, en un mensaje transmitido en la pantalla gigante instalada en la Explanada Nacional de la capital estadounidense.

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Poco antes, los manifestantes habían estallado en júbilo cuando el vicepresidente Pence, acompañado de su esposa Karen, subió al escenario para afirmar que «esta será la generación que restaure el derecho a la vida en EEUU».

«El presidente Trump es el presidente más pro-vida de la historia del país (…). La vida está ganando de nuevo en EEUU», subrayó Pence.

Pese a las gélidas temperaturas, los participantes se concentraron en masa entre cánticos y oraciones, antes de salir hacia el Tribunal Supremo con el objetivo de exigir a los magistrados que aumenten las restricciones legales para el acceso a los servicios de aborto.

«Queremos transmitir gozo por la vida, alguien tiene que hablar por los no nacidos, y defender la vida al cien por ciento», dijo Sandy, una joven católica que llegó a Washington procedente de Raleigh (Carolina del Norte). Con la marcha hasta el Supremo «buscamos que se prohíba totalmente el aborto, en todos los casos», agregó.

Sandy portaba una pancarta con el lema «Reza para el fin del aborto» y otra que decía «Ama la vida, escoge la vida».

Entre los manifestantes se encontraban numerosos jóvenes, familias con hijos y representantes de distintas congregaciones religiosas.

Con la llegada de Trump a la Casa Blanca el movimiento en contra del aborto ha ganado impulso en el país, y los activistas consideran que el nombramiento de dos jueces conservadores en el Supremo en los últimos dos años acercan la posibilidad de que se revise la legalización del aborto.

Otra de las asistente, Leanne Jamieson, que viajó desde Dallas (Texas), declaró: «Sin el derecho a la vida, no tenemos otros derechos. No tiene sentido debatir el derecho a la libertad de expresión o llevar armas si no contamos con el derecho a la vida».

Aunque el Supremo cuenta ahora con ligera mayoría conservadora, el dominio en el Congreso se ha equilibrado después de que los demócratas recuperaran el control de la Cámara de Representantes en las elecciones de noviembre y hayan ganado así poder para bloquear posibles intentos para restringir el acceso a las clínicas de aborto o fondos para programas de planificación familiar.

La «Marcha por la Vida» se celebró por primera vez en 1974, un año después de que la sentencia del Supremo en el caso «Roe contra Wade» legalizase la interrupción del embarazo en todo el país.

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