El presidente sirio ha tildado a las milicias kurdas de «traidoras» por su coordinación con EEUU.
El Estado Islámico es historia en Siria, pero el conflicto armado parece que aún está lejos de terminar. Los combates entre los grupos rebeldes y las fuerzas del régimen de Bashar al Assad se han recrudecido y ahora las milicias kurdas entran en la escena del conflicto bélico con resultado desconocido. El presidente sirio tildó de «traidores» a los kurdos integrados en las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS) por colaborar con Estados Unidos.
«Todos los que trabajan bajo el mando de un país extranjero en su propia nación y contra su Ejército y su pueblo son traidores», ha explicado al Assad, que desde el comienzo de las Primaveras Árabes ha sufrido el acoso de las potencias occidentales, especialmente de Estados Unidos, que han tratado de arrebatarle el poder a costa de armar y financiar a los llamados «rebeldes moderados» -facciones extremistas que en muchos casos han mutado en organizaciones similares al Estado Islámico-.
El mando general de las FDS ha cargado contra Al Assad y ha resaltado que «su dictadura es la definición de traición»: «La población se rebeló contra su régimen autoritario», ha asegurado. Las FDS -cuyo grupo principal son las kurdas Unidades de Protección Popular (YPG)- han centrado sus operaciones contra los yihadistas en el norte del país.
Estados Unidos siempre ha utilizado a los kurdos a antojo para tejer sus relaciones internacionales. Siria sólo es un capítulo más. El proceso de Ginebra se encuentra estancado y, aunque durante la campaña prometió justamente lo contrario, parece que Donald Trump no vería con buenos ojos la salida de Al Assad del poder.
El presidente sirio se ha referido a las conversaciones convocadas por Rusia en la localidad de Sochi, apuntando que Damasco considera que «cualquier cosa es mejor que Ginebra, ya que Ginebra no ha conseguido nada en tres años».
«Allí no habrá un límite a los asuntos que se tratarán. Entre ellos estarán los temas constitucionales y la celebración de las próximas elecciones parlamentarias», ha mantenido Al Assad, que ha recordado que el régimen sirio no está en contra de las Naciones Unidas, pero ha pedido que respeten la «soberanía» del país.
«No estamos preocupados por cualquier papel de la ONU y podemos decir que le damos la bienvenida siempre y cuando respete la soberanía siria. Cualquier cosa que la afecte es rechazado», ha aseverado.
Al Assad ha explicado que las potencias «se centran en el Estado Islámico para distraer la atención del hecho de que el terrorismo, principalmente representado por el Frente Fatá al Sham, sigue existiendo (en Siria) y es apoyado por Occidente».
El líder sirio ha hecho referencia al Frente Al Nusra, quien ahora se denomina el Frente de la Conquista del Levante. A principios de 2016, el Frente se fusionó con otras facciones que formaron el Organismo de Liberación del Levante, cuyo bastión principal en Siria es la provincia noroccidental de Idleb.
‘No existen inocentes’
A medida que el Estado Islámico ha ido perdiendo el territorio de su «califato» entre Siria e Irak, su actividad letal se ha intensificado por todo el mundo con graves atentados que han sacudido países tan distantes como el Reino Unido, Afganistán, Irán o España.
«La yihad (guerra santa) no tiene fronteras», por lo que «debéis hacerla donde estéis, inshallah (si Dios quiere). Alá estará complacido con vosotros».
Este es uno de los mensajes repetidos en 2017 por el aparato de propaganda del Estado Islámico para animar a sus seguidores a atentar contra los «infieles».
A través de las distintas redes sociales, de la agencia Amaq o en diversas revistas, los radicales no han dejado de proclamar que «en la casa de los cruzados (occidentales) no existen los inocentes» y que los ataques indiscriminados se realizan «contra los civiles», en cualquier lugar del mundo, porque «es más doloroso».
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