Casi un millar de cohetes fueron lanzados contra el Estado de Israel por Hamas, la organización terrorista que opera en la Franja de Gaza, provocando al menos tres muertes y decenas de heridos, todos civiles.
Israel sufre estos ataques frecuentemente, y la mayoría de las veces es protegida por su escudo antimisiles, sin embargo la cantidad de proyectiles lanzados en tan poco tiempo ha hecho que algunos de ellos penetren en el territorio. Los ataques hicieron sonar las alarmas en numerosos pueblos y ciudades de Tel Aviv y alrededores donde vive gran parte los israelíes. Hamas, que controla la Franja de Gaza desde hace años y que vio postergadas las elecciones que los tenían de favoritos, reconoció haber lanzado cientos de cohetes.
¿Llama “protestas” el Gobierno argentino al infierno de misiles ininterrumpidos sobre la población civil? ¿Cuánto es proporcional para Fernández?
En este contexto, el Gobierno argentino de Alberto Fernández emitió un comunicado que produjo estupor no sólo en la comunidad judía sino en gran parte de la población y produjo un escándalo en redes sociales y en medios de comunicación. En este sentido, la Cancillería argentina expresó su preocupación por “el uso desproporcionado de la fuerza por parte de unidades de seguridad israelíes ante protestas por posibles desalojos de familias palestinas de sus hogares en los barrios de Sheikh Jarrah y Silwan, así como por la respuesta a través del lanzamiento de misiles y artefactos incendiarios desde la Franja de Gaza”.
¿Llama “protestas” el Gobierno argentino al infierno de misiles ininterrumpidos sobre la población civil? ¿Cuánto es proporcional para el Gobierno? Al omitir el ataque de cientos de misiles y la autoría reconocida por el grupo terrorista, la Cancillería no sólo desconoce el legítimo derecho de defensa del pueblo de Israel, que es sometido permanentemente a ataques en su territorio, sino que manipula los datos para justificar la violencia de los atacantes.
El comunicado argentino omite claramente la condena a los ataques, hecho que resulta inaceptable, sobre todo a la luz de los atentados que Argentina sufrió, tanto contra la Embajada de Israel en 1992 como contra la AMIA en 1994. Estas tragedias y la impunidad en las que permanecen envueltas obligan a condenar al terrorismo en lugar de buscar justificaciones y manipulaciones para evitar quedar mal con sus aliados. Para decir lo que dijo, hubiera sido mejor que la Cancillería permaneciera callada.
