'Ser es defenderse'
Ramiro de Maeztu
Esperanza
Por Pepa-anton
14 de octubre de 2013

Esperanza contra la desmoralización, contra la impotencia, contra el desengaño. Esperanza contra ese estado de ánimo triste, escéptico y desalentado que nos envuelve desde que una sucesión de políticos irresponsables y partidistas nos han conducido a la bancarrota en materia económica; al analfabetismo en asuntos educativos; a constituirnos en reino bananero atentando a diario contra la libertad de expresión, censurando opiniones que no son políticamente correctas o convocando ruedas de prensa sin preguntas que violan el derecho que tiene todo periodista a preguntar para poder informar; a una alarmante inseguridad jurídica en cuanto que los nombramientos de los miembros de los altos tribunales de la nación, lejos de la independencia que debía caracterizarles, son el fruto de repartos y pasteleos políticos; a la inseguridad nacional con un Ejército desvirtuado cuyas funciones parecen diseñarse a cada minuto, ahora ONG, después las chicas de la Cruz Roja, mañana bomberos y siempre, en sus programas, maná inagotable de comprometidas misiones; y a la desolación asistiendo impotentes al descuartizamiento de la Nación más antigua de Europa, esta que mandaba emperadores y filósofos a Roma, mientras otras mandaban tributos y que asumió sobre sus hombros, desde el 711 y durante setecientos ochenta y un años, la defensa de Occidente frente al Islam. Esta gran Nación que, aunque les pese a algunos, todavía se llama España.

Se necesita con urgencia un cambio de rumbo, ¡ya está bien de amagos efectistas que no conducen a nada! La democracia se debilita y los españoles, al certificar en sucesivas encuestas que los políticos y la corrupción son la raíz y el origen de nuestros problemas, estamos exigiendo una profundísima regeneración de todo el sistema, para evitar situaciones no deseadas que desemboquen en populismos nefastos. No perdamos de vista a Venezuela.

Y se necesita claridad por parte de quienes estén dispuestos a liderar dicho cambio. Claridad en la exposición de los objetivos que se pretenden conseguir y en los medios que se van a utilizar para conseguirlos. Claridad a la hora de gobernar. Claridad al ejecutar las reformas necesarias. Claridad, principios y coraje porque los silencios taimados, las acomplejadas actuaciones protegidas por los plasmas solo conducen a la abstención o al voto en blanco impidiendo la continuidad del cambio que estamos necesitando.

¿Gobernar en base a unos principios e ideas o gobernar sólo por el placer de gobernar? Señoras y señores del PP, ustedes tiene la última palabra.

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