Algo más de cuarto de millón de euros al año. Ese es el sueldo que Mariano Rajoy pagaba al involuntario morador de la prisión de Soto del Real durante ese periodo de tiempo en que, según el actual presidente del Gobierno, no estaba en el PP. Se sabía. Lo del finiquito en diferido es ya el mayor error cometido por María Dolores de Cospedal a lo largo de su carrera política. Una mentira entre ridícula y obscena que supone ya un lastre insuperable que sus enemigos, especialmente enemigas, utilizan con razón, o sin ella, en su contra. Y eso que ella es la persona que, cuenta la leyenda de la gaviota, puso en su sitio al multimillonario ex tesorero amante de la pintura y cuya pinacoteca, dicen, aún permanece en las sombras. Ya lo había advertido Bárcenas desde prisión el día de la comparecencia presidencial en el Senado: “a éste le desmiento yo en menos de cinco minutos”. Y lo ha hecho.El hartazgo entre los cargos públicos de Génova 13, cansados de temer que el lío del tesorero se los lleve a todos ellos por delante, comienza a ser grande. La tecnócrata Soraya, tan querida por lo medios, especialmente los más progresistas, no convence. “De política sabe poco, no es del partido y además se está esforzando por desmarcarse todas las semanas del mismo, cuando resulta que es nada menos que la vicepresidenta de un Gobierno del PP”, critican. Mientras, Esperanza Aguirre, me voy pero aquí estoy, se consolida –no tiene nada que hacer en una cupulocracia oligárquica en que la opinión de los votantes no importa nada– como la opción preferida entre las bases del centro-derecha. La renovación, utilizada como excusa para depurar a mandos intermedios mientras ahí siguen los de siempre, no llegará. Saben que en Ferraz los de Rubalcaba no están mucho mejor. Contra quien también llueven dardos internos, aunque poco se cuente sobre ello y sean sotto voce, es contra la socialdemócrata aspirante a suceder a Rubalcaba, Rosa Díez, quien dicen se presentará nuevamente a la presidencia de UPyD. “Que aspire a renovar mandato por tercera vez, aun no siendo contrario a los estatutos, va contra el manifiesto fundacional del partido, verdadero motivo de ser de UPyD”, me cuenta quien fuera uno de los fundadores de la formación magenta y que, como más del 60% de los mismos, ya no milita en y denuncia los modos y maneras de la jefa y su mano izquierda. Y es que en dicho manifiesto fundacional se señala como uno de los objetivos del partido la limitación de mandatos. Se entiende, me asegura, que a dos. “Ven y cuéntalo”, le respondo yo al ingenuo.Y así, mientras Antonio Banderas triunfa en Marbella, está el panorama veraniego por las sedes de los partidos.
