'Ser es defenderse'
Ramiro de Maeztu
Órdago
Por Redacción
20 de enero de 2014

Cuando lanzas un órdago no vale la marcha atrás, pierdes o ganas lo que te has jugado.

Una de las pocas máximas educativas reales es la que reza: «el que la hace la paga», cuestión distinta, ahí esta la profesionalidad del educador, es que la pague mucho o poco. La ventaja de las tarjertas amarillas o de las expulsiones temporales en algunos deportes es ésta: se paga la falta, pero el castigo no es irreversible.

Cuando se lanza la amenaza, el órdago, y la respuesta del personal a pesar del aviso es tirar para adelante en lo que el amenazador considera una fechoria, no hay margen al acuerdo: el que la hace la paga según lo advertido y así los tres diputados deben devolver su acta. Si no lo hacen y el partido no les echa, es el jefe el que debe dimitir.

Si llegan a un acuerdo en el que ambas partes salen vencedoras, lo ideal antes de la amenaza, el problema seguirá y si bien no se romperá el PSC, tampoco será un partido sino que seguirá siendo, aunque un poco más que antes, una jaula de grillos.

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