'Ser es defenderse'
Ramiro de Maeztu
Pagafantas
Pagafantas
Por María Durán
13 de abril de 2023

El PP se cree Margaret Thatcher. La triste realidad es que se quedan, como mucho, en Carmen Calvo. Me explico. Hay en el Partido Popular un señor que se llama Elías Bendodo que ayer sufrió el típico caso de repentinitis pepera. No es un infarto, tranquilos. Es eso que les sucede a los líderes del partido que lidera Alberto Núñez Feijóo cada vez que critican al Gobierno. Ellos salen en rueda de prensa, se colocan en su atril y empiezan a hacer su labor —presuntamente son la oposición—. Critican esta o aquella medida de Sánchez. Ayer en concreto Bendodo hablaba de lo peligroso de que el presidente siga cediendo ante ERC, como si aún quedara algo que ceder. Hasta ahí bien. Y entonces, repentinamente, les invade un espíritu de pagafantas que les obliga a suplicar a Pedro Sánchez y al resto de esa izquierdilla titoberniosa que nos gobierna que les perdone la vida. Y entonces lo hacen por el método fácil: le arrean a VOX.

Bendodo optó por decir que Bildu y VOX vienen a ser lo mismo. Que están, ambos partidos, en «lo radical». Sí, uno en lo radicalmente malo y otro en lo radicalmente bueno. Es una sutil diferencia. Bendodo, por seguir con las comparaciones, cada vez se parece más a Patxi López. No por lo feo, sino por lo ruin. En esta ansia de gustar al PSOE caen con frecuencia más líderes del PP. Ahí está la solterísima y poderosísima Cuca Gamarra, que cada sábado pide en una entrevista pactos a los socialistas; o Isabel Díaz Ayuso, que como ya contó Carmen Álvarez en estas misma páginas se está quedando ciega de éxito y traiciona a su socio de investidura siempre que tiene ocasión, y, aunque nos parezca ya muy lejano aquel personaje llamado Pablo Casado, tan sólo hace dos años que acusó a Santiago Abascal —nada menos— de pisotear la sangre de las víctimas de ETA. 

Voy a hacer una confesión. Casarse —ennoviarse, o lo que sea— por interés me parece tan lícito como casarse por amor. Lo digo completamente en serio. Ojo, siempre y cuando el que se casa esté dispuesto a respetar y hacer felicísima a la otra persona. El PSOE se casa por interés con el PP cada vez que lo necesita. Sin ir más lejos, para que le arregle su chapuza de ley de «Sólo sí es sí» que Podemos se empeña en mantener. Y ya no a continuación, sino durante la tramitación lo insulta en público y lo desprecia. Y los populares, lejos de tener alguna vez un ataque de dignidad, se vuelven a ofrecer a los intereses personales de Sánchez un día tras otro, tras otro. Y así llevamos tres años de legislatura. 

El PP, creyéndose moralmente superior por alguna razón, hace lo mismo con VOX. Les trata como socio preferente, apela a lo similar de sus votantes y a los valores comunes cuando necesita investiduras. Y después no cumple uno solo de los compromisos que firman para esas investiduras e intenta tomarle el pelo. Y cuando VOX pide explicaciones, no les aprueba los presupuestos en los que no se incluye ni una medida que interese a los de Abascal o les llama derechita cobarde, el PP se pone campanudo y dice que mejor que esos «radicales» sigan solos su camino. Lo mejor de todo es que cuando VOX sigue sólo su camino, el PP se queja también. 

Dice Yolanda Díaz, «la biquiños», que los hombres de izquierdas «son un peñazo». Se le olvida decir que las mujeres también. Pero anda que los hombres y mujeres de «centro-derecha» no son una pesadez también.

TEMAS
Noticias de España