'Ser es defenderse'
Ramiro de Maeztu
Recuperando la tertulia como comunicación humana
Por Mario Conde
4 de marzo de 2014

Ayer mantuve una muy interesante y reconfortante tertulia en el Colegio mayor Moncloa. Comenzamos a las 9.30 de la noche, mas o menos, y concluimos a las 11.15. Es decir, prácticamente dos horas de preguntas formuladas directamente por  los jóvenes que abarrotaban el salón. Por cierto, ver a chicos/chicas de veinte años interesados en problemas de actualidad es muy reconfortante, sobre todo porque casi todo el mundo predica que nuestra juventud actual se dedica a “pasar millas” de todo cuanto les rodea, instalados en una suerte de bienestar artificial en el que la droga en su distintas versiones acaba haciendo algo mas que un acto de presencia. Pues no todos, a lo que se ve, porque ayer el interés que viví fue muy elevado.

La proliferación de medios de comunicación y en especial de redes sociales, se traduce en una mayor cantidad de información disponible, pero si somos sinceros debemos admitir que también en una proporción muy elevada esa información es en realidad desinformación, cuando no intoxicación pura y dura. Por otro lado, los programas informativos en los que ciertas personas opinan sobre asuntos de la actualidad, no siempre ofrecen una información ni rigurosa ni exenta de complicidades políticas. Y al leer esto nadie debe rasgarse ninguna vestidura, y no porque haga frío ―que lo hace― ni solo por proteger la intimidad ―que falta hace― sino, además, porque es verdad. Mas de uno de lo/as asistentes se quejaba de que los tertulianos televisivos  parecen saber de todo y en especial en algunos casos se les nota que sus opiniones son dictadas desde partidos políticos que parece como si les financiaran.  Y tenemos que admitir que en ciertos sujetos notorios, la manipulación alcanza tal nivel que se instala directamente en la comicidad.

Por ello mismo debemos recuperar la tertulia como marco. No se trata de que alguien llegue allí, suelte un alegato de cierta duración, permita un par o tres de preguntas, y asunto concluido.  Necesitamos interactuar con el sujeto en cuestión. Preguntar y obtener respuestas. Evidenciar en voz alta nuestras inquietudes. No siempre tendrá respuesta adecuada, y en muchas ocasiones sus respuestas quizás no encajen con lo que nos gustaría escuchar. Pero la tertulia consiste en ese intercambio de opiniones en vivo, en directo, sin el intermediario de una pantalla de televisión o de ordenador

Antiguamente en los casinos se tertuliaba, si se me permite utilizar ese verbo. Bueno, en los casinos y en muchos mas lugares. Se comentaba, discutía, debatía. Yo recuerdo que en mi época del banco, cuando invitaba a algunas personas a cenar, les indicaba previamente un tema a tratar y alguien hacía de ponente, en el sentido de que lo estudiaba en profundidad, y de este modo la cena circulaba alrededor de la materia elegida. La tertulia se estructuraba y ese rato se aprovechaba para algo mas que comentarios cargados de liviandad

Por ello me parece una buena idea que el Grupo Intereconomia haya recuperado estas tertulias y por eso he decidido asistir el próximo miércoles. El riesgo es defraudar a la audiencia, pero quien no ama el riesgo se queda en casa.

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